Nothin' ever seems to fit

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Llevábamos un mes de relación.
¿Me creerías si te dijera que nunca en mi vida me había sentido así por alguien? La respuesta era no. Porque sabía que tú pensabas que no te amaba casi de la misma forma en la que tú lo hacías, pero créeme, te amaba de una forma tan intensa que es tan difícil de explicar los sentimientos que tengo hacia ti.

De repente se me vino a la cabeza el mensaje de tu ex novio y decidí preguntarte.

—Gomita. ¿Tú mamá sabe que te gustan los chicos?— Estabas arriba de mi sentado con cada rodilla a un lado de mi cadera.

—¿A qué viene la pregunta?— Saliste de tu escondite favorito, mi cuello. ¿Acaso te gustaba mi aroma mucho como para siempre quedarte ahí?.

—Por lo de tu ex. ¿Recuerdas que me mandó mensaje?— Asentiste como un niño pequeño. —Bueno, me dijo algo particular.—

—Lo sabe. Sabe que me gustan los chicos, pero solamente dice que estoy confundido. ¿Usted cree que estoy confundido?— Inclinaste la cabeza hacia la derecha, con una expresión de inocencia en tu rostro.

—Bueno, no creo que estés confundido, aunque eso solamente lo sabes tú, cariño.— Sonreíste y empezaste a dar brinquitos arriba de mi.

—¿Soy su cariño?— Me agarraste las mejillas y empezaste a jugar con ellas, yo asentí y vi emoción en tu rostro.

—Lo eres— Dije y te di un beso.

—¿Su mamá sabe de mi? ¿O que le gustan los chicos? Bin.—

—Sabes que no tengo buena relación con mi mamá. ¿Por qué decirle algo que se que se tomará mal?. Es una pérdida igualmente, si yo se que me gustan, me gustan y ya.— Sonreí mientras acomodaba tu cabello café y ondulado.

—¿Cómo cree que se lo tomaría si le dijera?—

Hice un gesto pensativo. Recordé todo lo qué pasó cuando mi hermano le había dicho a mi madre que era Bisexual, un escalofrío recorrió mi columna vertebral.

—No se lo tomaría bien. Cuando mi hermano le dijo a mi madre que era Bi lo ignoro por toda una semana, teníamos que ir a la casa de su novio para quedarnos un rato y que al llegar a casa solo durmiéramos.— Asentiste y volviste a tu lugar preciado, mi cuello.

—Quiero escuchar una canción.— Dijiste mientras me mirabas con el ceño fruncido.

—Bien, pero algo calmado, quiero dormir contigo. Quiero olvidarme de todo por un segundo.—

Tú sabias que tenía una vida triste y sabias que tú eras mi bote para no hundirme, pero era raro. Era raro saber como seguías ahí conmigo, cuando sabias que tenías una gran responsabilidad. Sabía que me amabas con locura, sabía que de mi dependías y eso yo lo amaba. Amaba que dependieras de mi. Amaba que me amaras con locura. Amaba que si yo me fuera de tu vida, no tendría nada más que hacer que regresar, porque yo también dependía de ti de la manera más enferma que puede haber en este mundo.

Empezó a sonar «Louise de TV Girl». Estábamos en mi casa. A pesar de que mi mamá no sabía nada de nuestra relación, yo te llevaba a mi casa.

Era agosto, así que a veces hacía frío. Cuando había frío, llegabas a mi cama y te envolvías entre las mantas, mientras yo ponía música y buscaba algo de ropa para mi y para ti. También recuerdo que dormíamos, dormíamos hasta quedar noqueados, tú abajo de mí como si fueras mi almohada más preciada.

—Lo amo mucho, Bin.— Dijiste con la respiración tranquila.

—También te amo mucho Ning. Me gustas como no tienes idea, te amare hasta que me pudra.— Mis palabras podían sonar grotescas, pero tú sabías que yo te amaba de esa manera, tan grotescamente.

𝘙𝘢𝘪𝘯𝘺 𝘋𝘢𝘺𝘴 𝘈𝘯𝘥 𝘔𝘰𝘯𝘥𝘢𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora