What I feel has come and gone before

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Estaba tan asustado que ni si quiera me dejaban de sudar las manos. Llegue Justo a las diez y treinta a tu casa y estaba que me moría.

Toque la puerta y rece para que me abrieras tu, y así fue.

—Amor, te ves putamente hermoso.— Me tape los labios con la mano y susurre un "mierda".

Traías una bermuda de mezclilla color blanco y una sudadera rosa. Adorable.

—Muchas gracias Bin, usted también se ve bien.— Me asome por tu hombro para ver si estaba tu madre. No había nada así que cerré la puerta detrás de ti y te jale hacia mi.

—Quiero un beso, dame un beso.— Demande agarrando tu cadera y acercándote más a mi.

—Claro.— Soltaste una risita tímida y te acercaste a mi. Pude saborear el sabor a fresas que desprendía tu boca.

—Te amo, te ves tan jodidamente hermoso así, me gustas, me encantas.— Susurre en tu oído y me abrazaste por el cuello.

—Necesito que entremos ya Bin, si no mi madre pensará que nos fuimos o algo así.— Asentí y agarre tu mano.

Pasamos a tu casa y pude ver a tu madre en la cocina. Se asomó un poco y me vio, rápidamente se volvió a esconder y me sentí tan nervioso. Me senté en la sala y restregué mis manos sudorosas en mi pantalón.

—¿Quiere algo de tomar?.— Te sentaste a un lado de mi y te acurrucaste. —Me gusta mucho como huele.— Levantaste tu rostro hasta que tú nariz quedó en mi cuello y empezaste a olfatear. Rápidamente di un apretón a tu muslo medio cubierto por la bermuda.

—¿Te gusta? Es para las ocasiones especiales.— Bese tu frente y reíste. —No, no quiero nada, así estoy bien.— Suspire y me relaje cuando empezaste a jugar con mi cabello.

—Chicos, ya está la cena.— Se escucho desde la cocina y nos miramos. Me levante del sillón y tú hiciste lo mismo.

Caminamos hasta la mesa y nos sentamos juntos de nuevo. Vi que bajaron dos personas más, un chico y una chica. El chico parecía que tenía unos doce años y la chica parecía ya más grande, eran tus hermanos. También bajo un señor que supuse que era tu padrastro.

Salude a todos cortésmente y ellos igual a mi. Nos sentamos todos en la mesa y empezaron a comer.

—¿Desde hace cuando se conocen?.— Tome un poco de agua y dije:

—Desde hace dos o un año.— Empezaban las preguntas.

—Soobin. ¿Sabias que yo vi las conversaciones que tenías con HueningKai?.— Rápidamente en mi mente empezaron a pasar flashbacks.

Mensajes en los que te decía que te quería follar y que quería drogarme. «Mierda» Pensé. Casi escupo toda el agua si no fuera porque Kai me agarró la mano bajo la mesa.

—¿Te drogas, Soobin?.— Preguntó de nuevo la madre de Kai, me estaba arrepintiendo de ir.

—¿Qué? No, claro que no.— Dije rápidamente con una mirada de pánico.

—Me dijiste que te gustaba mucho HueningKai. ¿No es así?.— Sonrió tú madre y yo asentí.

—Así es, yo...Usted podría decir que es apresurado pero en serio lo amo.— Asistió y dijo algo que nuca pensé que diría para ser verdad.

—Entonces si tanto lo amas. ¿Por qué lo engañaste y lo dejaste?.— Mi estómago peso y mi corazón se detuvo, tenía razón.

—Mamá.— Dijo HueningKai en un tono de molestia.

—Está bien, Kai. Respondiendo a su pregunta. Yo tuve unos problemas realmente fuertes y cuando me di cuenta de como me amaba el...Me asuste. Pero ahora es muy diferente, porque si no lo amara no estaría aquí. En serio me arrepiento mucho de haberlo hecho, pero no hay nada que se pueda hacer.— Lo último lo solté en un susurro y la mirada de tu madre pareció hacerse menos acusadora.

—Hijo. ¿Tú quieres mucho a Kai? ¿En serio lo amas?.— Se metió tu padrastro y yo asentí.

—Yo nunca me permitiría hacerle daño, porque en serio lo amo.— Tú padrastro me miro raro y siguió comiendo.

Tenía que haberle hecho caso a Sunghoon, yo no era bienvenido a esa casa.

—¿Entonces el es tu novio?.— Pregunto su hermano menor, mi rostro se sonrojó y voltee a ver a HueningKai.

—S-Si.— Pude ver cómo su rostro también estaba rojo y agachó la cabeza.

— Pude ver cómo su rostro también estaba rojo y agachó la cabeza

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La cena pasó muy rápido entre miradas malas y malas impresiones. Invente que me tuve que ir por un problema.

—No quiero que se vaya.— Me apretabas contra tu pecho y yo sonreí.

—¿Quieres que me maten? Esta ya muy oscuro Kai, si no quiero llegar más tarde tengo que apurarme.—

—Quédese conmigo, por favor.— No podía quedarme por más que quisiera, tú madre estaba seguro de que todavía me odiaba y mi madre no me dejaría.

—Amor no puedo quedarme. Me quedare otro día si tú quieres, pero hoy no es posible, cosita.— Apreté tus mejillas dejándote con boquita de pato y te di un beso.

—Gomita, lo voy a extrañar.— Bajaste hasta mi pierna y me miraste a los ojos. Enrollaste tus brazos al rededor de ella.

—Kai, te prometo que voy a hacer lo que quieras si me dejas irme.— Puse mis manos en tu hermoso rostro y te paraste enseguida.

—Cómpreme dulces.— Asentí con una sonrisa y te bese.

Te agarre de la cintura y te levante hasta que quedaras arriba del cofre del carro que estaba por ahí. Abrí tus piernas y me metí entre ellas. Recorrí todo tu cuerpo con mis manos frías por el clima. Metí mi lengua a tu boca y acaricié con ella tu lengua. Estaba seguro que cada parte de tu cuerpo era suave.

Amasaba tus muslos por arriba de la bermuda, hasta que metí mis manos por debajo de esta acariciando toda la carne de tus muslos. Baje mis besos hasta el cuello y empecé a dejar besos húmedos. Metiste la manga de tu sudadera a tu boca para que no se oyeran tus gemidos bajitos.

Me aleje de ti y te contemple. Tus labios estaban hinchados y rojos, tu ropa estaba desalineada, tus ojos brillosos me miraban. Estabas con las piernas un poco separadas, la manga de tu sudadera cubierta de saliva y tus muslos rojos por la presión con la que los amasaba. Simplemente Perfecto.

—Te ves tan lindo.— Apreté una de tus mejillas y te ayude a bajar del carro.

—¿No que ya se tenía que ir?.— Me miraste con el ceño fruncido y rápidamente abrí los ojos y mire la hora.

—Mierda, ya me tengo que ir.— Bese tus labios y me despedí mientras iba corriendo. —Adiós.— Dije gritando, pude escuchar como reías.













Soobin m representas mucho xd

𝘙𝘢𝘪𝘯𝘺 𝘋𝘢𝘺𝘴 𝘈𝘯𝘥 𝘔𝘰𝘯𝘥𝘢𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora