Seguimos siendo amigos a pesar de todo. Eras una gran amistad para tener. Siempre te quería tener conmigo, no importa si ya no éramos nada, nos seguíamos tratando como si fuéramos de nuevo novios.
—¿Entonces ya no eres novio de Kai?— Pregunto Beomgyu con real asombro.
—Hace un mes que terminamos, pero lo amo todavía. No es una persona fácil de olvidar.— Dije simplemente mientras escribía lo que había dejado el maestro en el pizarron.
—Creo que él tiene algo como "Little Space" contigo o una mierda así.— Llegó Yeonjun y se sentó a un lado de nosotros.
—¿Qué?— Fruncí el ceño y los mire raro.
—Es como un niño pequeño.— Río Yeonjun y le invitó una papa a Beomgyu.
—Me gusta que sea así.— Me encogí de hombros y ellos me miraron raro.
—Estas enfermo Choi.— Dijo Beomgyu.
—No así idiotas, me gusta que sea así conmigo. Porque eso quiere decir que está cómodo conmigo y se siente seguro. Me importa una mierda si tiene Little Space.— —Vas a ser su Daddy.— Se carcajearon mis amigos y yo también me reí.
—Cállate.— Rodé los ojos y seguí con mi trabajo.
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Hoy HueningKai no había venido a la escuela y tampoco me había hablado para avisarme que había faltado. Lo cual era muy raro. Empezaba a pensar que no querías hablar conmigo o algo así. Entonces fui a tu casa.
Camine hasta llegar a ella, me quedaba de paso así que solamente le avise a mi mamá que iba a llegar un poco más tarde solo para verte. Toque la puerta y rece para que tú me abrieras. Y así fue.
—Kai. ¿Por qué no fuiste a la escuela? Te extrañe.— Hice un puchero y rápidamente me abrazaste.
—¿Podemos ir a su casa? No puedo explicarle porque no fui aquí.— Te veías nervioso.
—Claro, lindo.— Sonreí y tú te metiste a tu casa para decirle a tu mamá que ibas a casa de Taehyun, tú mejor amigo. ¿Por qué no le decías que ibas a mi casa?.
—Listo, vamos.— Me agarraste de la mano y empezamos a casi correr para llegar a mi casa.
Abrí la puerta y no había nadie, así que entramos para ir directo a mi habitación.
—¿Qué pasa?.— Te pregunte al ver cómo te mordías las uñas. Te paraste y te sentaste en mi regazo, volviendo al escondite que tanto extrañabas, mi cuello.
—Perdón por no haberle hablado, en serio me siento mal por no haberlo hecho. Pero es que tuve unos problemas con mi familia y bueno uhm tendría que explicarle.— Me miraste con ojos de tristeza y en ese momento supe que algo no estaba bien.
—Dime.— Apreté tu muslo derecho.
—Le diré ahora, ya que no se si pueda mas tarde. Bueno ayer temprano antes de ir a la escuela mi mamá habló conmigo y me prohibió hablar con usted. No le quiero dejar de hablar gomita. —Vi como tus ojos empezaron a aguazarse.— También me dijo que eliminará facebook porque solo me dejó hacerlo por la escuela y ya no es necesario así que ya lo hice. Me llevarán al psicólogo para que según me guíen por mi orientación sexual. Tampoco puedo usar mi celular después de las 4pm y fue algo sin sentido pero me prohibieron al igual que a mis hermanos hablar en la casa de cualquier cosa que tenga que ver relacionado con la homosexualidad, y si hago algo que me dijo mi mamá que deje de hacer me quitará mi celular definitivamente.— Te echaste a llorar en mi hombro.
No sabía que pasaba en la cabeza de tu madre, pero lo que sí sabía era que estaba mal. ¿Por qué encarcelar de esa manera a alguien tan puro como tú?.
—Ay Kai, en serio siento haber causado problemas. Y tú estás bien. ¿Okey?.— Asentiste con ojos llorosos.—No necesitas un psicólogo solo por eso. Entiendo que no podrás hablar conmigo, me pone triste pero no puedo hacer nada. Te amo con todo mi corazón mi gomita y espero que tú también lo hagas y no cambien tu opinión sobre lo que te gusta. Sabes que estoy aquí para cualquier cosa mi amor.—
Te abrace hasta que tus pulmones pidieron aire y me alejaste. Te mire y te besé, me seguiste el beso y me agarraste de los hombros mientras te acomodabas mejor sobre mí.
Te quería y te quería hacer sentir bien en estos momentos en donde más lo necesitabas.
—No estamos listos para la siguiente face, Bin.— Me dijiste jadeando y yo asentí y me aleje.
—No te preocupes, lo haremos cuando tú quieras.— Te abrace por la cintura, quería que te quedaras conmigo, porque algo me decía que no iba a durar mucho el que te quedarás conmigo.
—Me tengo que ir.— Susurraste y yo sólo bufe y te apreté más contra mi.
—No quiero que te vayas. ¿Y si jamás volvemos a estar juntos?.— Bese tu mandíbula y baje hasta la clavícula.
—Yo haré lo posible para volver a verlo, no quiero que me separen de usted.— Buscaste mi mirada y me besaste de nuevo.
Yo te amaba, te amaba más que a mi propia vida. Y con lo que me dijiste algo se había instalado en mi pecho. Eso no era bueno.
—¿Alguna vez te dije lo que más me gusta de ti?.— Pregunté y vi como negabas con una sonrisa. —Bueno, en realidad no hay nada que no me guste de ti, todo me gusta por igual. Pero si tuviera que escoger algo, sería la forma en la que me amas.—
—¿En serio? Bin.— Entrelazaste nuestras manos y luego las soltaste, para poner las mías en tu cintura.
—Completamente.— Sonreía como nunca había sonreído en mi vida. —Te haré feliz hasta las cuatro.—
—Gracias, lo amo mucho.— Me volviste a abrazar y por un segundo te olvidaste de que tenías que volver a tu casa.
Si fuera por mi, podrías vivir conmigo. Yo te haría tan feliz y siempre te diría que te amo, pero eso no es posible.
