Los días pasaron así. Con HueningKai cuidándome cada día en los que me sentía sin ganas de vivir, lo amaba por eso y por muchas cosas más.
—Yo...Antes de caer en esta mierda, estuve pensando que debería decirles a mis papás de una vez por todas que tengo novio. Bueno, que te tengo de novio.— Sonreí con los labios cerrados y vi como tus ojos se iluminaban.
—¡¿En serio Binnie?!. Me alegra mucho saber eso, en serio. Lo amo mucho y espero que se pueda recuperar conmigo. El Doctor Kamal.— Reí a pesar de todo.
El dolor en mi pecho era todavía peor. Quería morirme, pero no quería dejarte solo.
—Te amo.— Me agarraste el rostro mientras sonreías.
—Yo lo amo mucho más Bin.— Te atraje hasta que quedaras en mi regazo y te espantaste. —No haga eso, todavía está débil y yo soy pesado y...— Tape tú boca con la palma de mi mano y solo me dedique a mirarte.
—Puedo aguantarte.— Dije serio y asentiste. —Ahora cállate y dime lo que piensas sobre mi decisión.— Entrelace nuestras manos.
—Bueno, yo lo apoyare siempre con lo que sea, así sea robar un banco.— Te acercaste a mi y rozaste nuestras narices en un beso de esquimal.
—Gracias, no se lo que hice para merecerte.— Aproveché la cercanía y rápidamente te di un corto beso.
—Yo no se lo que hice para merecer su amor, gomita.— Recostaste tu cabeza en mi hombro y suspiraste.
—Te quiero Kai. Como no tienes idea.— Trataste de pararte para verme pero yo te apreté hacia mí para impedirlo. —No se que haría sin ti. Cuando te fuiste no sabía que hacer y daba lastima. Trataba tantas veces de remplazarte pero era imposible, porque no va a haber nadie que me quiera o ame como tú lo haces y eso se siente tan raro. —Suspire acariciando tu cabello. —Yo creo que nací para conocerte HueningKai.—
Relaje mi agarre en ti y rápidamente volteaste a verme. Tus ojos se veían sorprendidos y brillosos.
Yo sabía que para muchos era tonto oírnos decirnos que nos amábamos. Pero era la verdad, yo te amaba más que a nada.
—No se que decir. Yo...— Dijiste nervioso y yo negué rápidamente.
—No tienes porque decir nada. Así esta bien, créeme.— Puse unos mechones que caían de tu frente detrás de tu oreja. —Solamente quería decirlo.—
Asentiste sonrojado y te escondiste en mi cuello.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pasaron más días. En los que me sentía cada día más mal conmigo mismo.
Pensaba que mi mente necesitaba un descanso y mi cuerpo también. Ya no podía con más y simplemente mi cuerpo dejó de funcionar.
Estaba cenando con mi familia y por mi mente pasó lo que tenía que hacer después de la cena. Quería decirles que tenía novio y era feliz con el.
Sonara raro, pero Kai fue la primera persona que correspondió mis sentimientos y nunca busco más allá de mi amor. Kai era la persona más pura e inocente que había conocido en mi vida. A veces le tenía que explicar los dobles sentidos que le decía y eso se me hacía tan lindo.
Estaba nervioso, incluso más nervioso que cuando fui a la casa de Kai. Porque después de las palabras que salieran de mi boca todo iba a cambiar, para bien o para mal.
—Soobin. Vi que bajaste las calificaciones. ¿Por qué?.— Todos en la mesa se quedaron callados y yo trague duro.
—La prepa es muy difícil, lo siento...Yo no me siento muy...— Me interrumpió callándome.
—Si sigues así no tendrás futuro. Solamente, llegas, comes y te encierras. ¿Eso es vida, Soobin? Por el amor de Dios, eso es ser miserable.— Las lágrimas empezaron a salir de mis ojos y un nudo gigante se hizo en mi garganta.
—Papá yo...— Quería decirle que trataba con todas las fuerzas del mundo no ser así, estudiar y tener un buen promedio. Pero no podía.
—No Soobin, no. ¿Y sabes que es lo peor? Que tú mamá lo ha permitido, no tienes futuro.— Se levantó de la mesa por algo y luego volvió.
Con cada palabra que soltaba mi padre hacía mi persona, me rompía cada vez más. Quería explicarle porque no podía sacar buenos promedios, porque era infeliz y todo lo demás. Pero ¿Cómo explicarle a una persona que cree que no tienes problemas eso?.
Las palabras que quería decir antes se fueron como espuma mientras lloraba y asentía a todo lo que mi papá decía.
Era una vergüenza para ellos, lo sabía y lo sentía. Pero ahora lo estaba diciendo en mi cara. Haciéndome sentir más miserable.
Quería decirle cómo me habían echo bullying mis "amigos" de la secundaria. Quería decirle que todos los días el año pasado me cortaba los brazos. Pero nada salía de mi boca.
Solamente escuchaba como alguien que me debería de apoyar y hacer feliz, me daba la peor golpiza emocional. Probablemente quedarían traumas y hasta rencor.
Miraba a mi madre con ojos de súplica, quería que lo callara. Pero ella parecía tan triste al escuchar como a su hijo lo hacían mierda.
Mi padre terminó de asesinar cada una de mis sonrisas con tan solo levantarse del comedor y largarse hacia algún lugar.
Lo siento HueningKai.
Lo siento Hermano.
Lo siento a todos por ser yo. No quisiera pero lo soy. Soy Soobin.
Subí a mi habitación para llamar a Yeonjun.
—¿Soob? ¿Qué pasa?.— Se escucho en la otra línea.
Trataba de decir alguna palabra, pero los hipidos que salían de mi boca lo hicieron difícil.
—Y-Yeon. N-Necesito, v-vengas a mi cas-sa.— Mi voz estaba quebrada y no podía hablar.
—¿Qué pasa Soob? Escúchame no hagas nada malo. ¿Esta bien? Solo e-estate tranquilo hasta que yo vaya.— Hice un sonido de afirmación mientras iba al baño, me desplome sobre el suelo y lloraba.
Espere a Yeonjun. Y apareció en la puerta del baño preocupado.
—Estoy aquí hermano, estoy aquí.— Me abrazo con fuerza y yo me aferre de la misma forma a él.
—¡S-Soy una basura!.— Lloraba hasta que me doliera la cabeza.
Yeonjun pasó veinte minutos tranquilizándome y luego se fue porque su madre lo había llamado.
Recibí mensajes de mi cuñado, amigos y hermano. Nada estaba bien, todo se estaba yendo a la mierda y no podía salir de ahí.