Bienvenido al mundo de Bakugou Katsuki un hombre amante del sexo su vida da un giro inesperado, gracias a un regalo muy especial que le pide su principal como el le dice a una de sus chicas.
Eso lo ara terminar en las manos del Baby.
Desc...
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-¿Te casaría conmigo? - mis lágrimas mojaron mis mejillas
Otro hombre que no era el, quería envejecer a mi lado.
-Lo siento solo una vez e pensado en casrme-.
Esa noche llore tanto, llore de dolor y desamor.
Años y años luchando por olvidar todo pero como olvidar lo que amaste con locura.
-Yo si quería ser tu esposo Jugador-.
-Por un hombre me dejó-decir que Ochako estaba feliz era mentira.
Los había visto siendo felices lo odiaba con todo el corazón.
-Madurar es entender que todo pasa por algo- la peliverde se metía a la platica.
-A mi me da igual soy una mujer que no cualquier hombre puede tener y fui la pasión del mejor jugador no me quejo-.
Momo sonreía con ingenuidad.
-Son estúpidas todo lo hicimos por el y un hombre se va a quedar con el zorro-. Estaba dolida y humillada.
-Me da igual ya paso-Momo ya estaba enojada.
-Me vas a decir que solo con el cogias- la pequeña Tsuyu la atacó.
-Claro que no pero me enferma que otro hombre se quede con el-.
Maldad había en su mirada. Ella se tomaría la venganza esa humillación será cobrada.
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-Te amo-eso susurro el peliverde al verlo celebrar su último portido.
-Te amo mas-susurro el jugador mientras lo miraba desde la cancha.
-Lo amo-sonreía sintiendo su estómago calentarse.
-Ese rubor no miente mi niño lo amas y mucho-.
Sus niñas no paraban de gritar de alegría, ese día su pasado ya no lo lastimaria .
Ya sabía lo que pasaría ese día, la promesa que le hizo a su rubio.
El cumpliría hacer el amor todo el día por su gane su cuerpo ya estaba listo.
Tantas veces habian disfrutado de cada día de sexo que su cuerpo ya sabía sus linias nerviosas.
Con miedo y alegría lo espero en el estacionamiento. Salió de ese edificio tan bello.
No se había rasurado era algo nuevo para el ver a su jugador tan descuidado. Pero sería mentira decir que no le gustaba esa barba descuidada que adornaba su cara.
-Jugaste bien-no siguió hablando porque un beso apasionado lo detuvo.
Sus lenguas se tocaron mientras las manos del jugador tocaba ese trasero de infarto.
