Enko caminaba por los pasillos mientras leía un perfil de un pequeño niño en un orfanato en México.
—Eres todo un bocadillo para mi padre —dijo para sí mismo.
Desde que habían logrado escapar de la mansión donde creció con la ayuda de Sam, había pedido a su hermano Lucían que se llevara a Madison con él. Sabía que con su hermano estaría más seguro de lo que podría estarlo con él, era difícil de aceptar, pero así lo era, había demasiados sentimientos encontrados para que fuera seguro para Madison o para él mismo estar juntos. No pensaba correctamente cuando se trataba de ella, la prueba de eso había sido su rescate fallido cuando ella fue capturada. Tuvo suerte de que su hermano Lucían averiguó algunas cosas y llegó justo a tiempo para salvarlos a ambos, de lo contrario, otra sería la historia.
Cuando estuvo en recuperación en el refugio de su hermano, había hablado con él y le había pedido que mantuviera a Madison segura, Lucían se opuso, pero al final terminó cediendo, y fue complice de su partida.
Había pedido también a su hermano que se fuera del continente con ambas chicas, que cambiarán de refugio cada mes, y cuando él partiera, ellos también lo hicieran a otro lugar. Además, le había pedido que por ninguna razón le dijera su localización. Era consciente que si sabía encontrar a Madison, iría detrás de ella, no podía permitirse eso, no cuando aún el Ojo del Mundo lo buscaba y habían muchas personas en peligro además de ella misma, si Lucían se mantenía con Madison y Jess, estaba seguro que su pequeña Madi estaría a salvo. Y dado el entrenamiento que había enseñado Lucían a Jess, ella también protegería a su amiga a toda costa como lo demostró.
Aún no podía creer que la propia Jess le contó que había noqueado a la implacable Vanessa. Jess, una chica delgada y sin mucho músculo pudo con una fiera como lo era Vanessa. Esa chica era impresionante. Por un momento sintió envidia de su hermano cuando le contó que había surgido una relación entre ellos, eran la pareja perfecta, él era un tipo súper dotado en inteligencia y ella en un corto tiempo aprendió a pelear, defenderse, disparar, desarmar, y un montón de cosas más que a cualquiera le hubiera llevado más que un par de meses, pero ella lo había logrado, era excepcional. Su hermano tenía suerte de encontrar a su propio complemento, estaba feliz por él.
—Señor González —alzo la vista de el archivo al escuchar que una de sus empleadas lo llamaba.
Su identidad en Venezuela debía ser diferente, aquí su nombre era Julián González. Nadie podía saber el parentesco que tenía con el multimillonario Bogoloski, menos por la asociación que dirigía aquí.
—¿Si?
—Alguien lo busca en su oficina —informó su asistente.
—No tengo cita con nadie. Sabes que sin previa cita no atiendo a nadie.
—Lo sé, pero me dijeron que era urgente. Lo esperan en su oficina.
Su asistente no dijo nada más y pasó de él en dirección contraria por el pasillo. Enko soltó un suspiro cansado. No estaba de ánimo para atender a nadie, y menos a alguien inesperado. Ojeó un poco más el expediente del pequeño, debía traerlo de México, no sería fácil, pero debía hacerlo, si no lo conseguía él, lo haría su padre.
Se recostó en la pared, se sentía cansado, había pasado un mes ya y aún no se había recuperado por completo de sus heridas, y la que más le dolía era la que se había creado al despedirse de Madison en ese ascensor... pero no podía parar, debía seguir trabajando como si nada. No podía quejarse y llorar como lo quería hacer, su corazón aún dolía por la traición de Madison ¿Era mucho pedir un día para llorar por ella? Sí, lo era. Su vida debía seguir a pesar de ya no estar con ella, pero odiaba tener que fingir que estaba bien, no había tenido oportunidad de explicarle el mal entendido del café, las cosas entre ellos no tenían un cierre, y esa herida abierta ardía cada día como el primer día. Intentó incorporarse, tomó toda la fuerza de voluntad que tenía y se dirigió a su oficina personal.
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Casi Perfecto
RomanceMadison es una abogada muy dedicada y profesional, una joven que lucha por la justicia. No está acostumbrada a salir de su zona de confort, hasta que un día conoce a un misterioso hombre que guarda un gran secreto. Enko Bogoloski, queda cautivado po...