𝘀𝗲𝗴𝘂𝗻𝗱𝗮 𝗽𝗮𝗿𝘁𝗲

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Louis va tarde. De nuevo.

Desearía poder ir más rápido pero digamos que las pequeñas piernas de su hija no ayudan mucho a su velocidad.

Al llegar a casa debe comenzar a hacer algo de ejercicio... Tal vez así podría solo cargar al bultito con mochila de flores moradas en lugar de intentar hacer que vuele mientras corren tomados de la...

¿Por qué su mano no sostiene nada?

Detiene sus pasos por unos segundos y abre sus ojos con demasía.

—¡Papi! —Llama la pequeña quien está tirada intentando peinar su cabello el cual se despeinó un poco al caer.

—Oh por... Perdón nena, juro que no lo hago a propósito. —Dice Louis levantando a su hija mientras talla su cabeza.

Sí, está bien, es la tercera vez que sucede pero no lo culpen, si vuelve a llegar después de la hora de entrada la maestra de Alison volverá a juzgarlo con la mirada.

—Yo te creo. —Contesta la niña sacudiendo su uniforme para después levantar su mano hacia su padre para que este la tome.

Apenas va la mitad de su último año en preescolar y Louis ya se siente como el padre más irresponsable de la clase.

Odia ese sentimiento, creyó que al estar oficialmente separado de su ex-novia terminaría con todos esos comentarios sobre él siendo insuficiente.

Entonces, apenas unos años después, su hija entra a estudiar y al ser solo ellos dos en casa debe ser él quien se ocupe de todo.

Desde trabajar en dos empleos hasta confeccionar un traje de ángel para Alison el cual ocupará al participar en la obra escolar navideña de fin de año.

Tal vez debería contratar a alguien que le ayude con la pequeña...

Pensará en eso después, ahora debe concentrar todas sus fuerzas en taclear al guardia a quien a lo lejos observa ayudar a la maestra cerrando las grandes puertas.

—¡Esperen! ¡Llegamos!... Alison, está aquí. —Casi grita "victoria" al plantar a su hija frente a la señora frente a ellos.

—Medio minuto más y habría tenido que marcar una falta oficial señor Tomlinson. —Louis parpadea, conteniéndose de rodar sus ojos.

Es decir, es un poco dramático amenazar con eso. Están en el preescolar por amor de dios, las faltas no cuentan... ¿Cierto?

Mierda, es un terrible padre.

Louis se agacha lentamente hasta quedar frente a frente con su hija.

—Muy bien, linda. Ya llegamos, ten un buen día ¿sí? Te portas bien. —Pasa sus manos por los finos cabellos castaños mientras la niña le da una gran sonrisa.

—Lo prometo... Haré muchos más amigos. —El mayor solo sonríe apreciando su bonita creación.

—De acuerdo, recuerda hablarme si necesitas algo, cualquier cosa. —Siempre le ha gustado dejar bien en claro lo mucho que quiere y se preocupa por su hija.

Contrario de lo que él piensa, Louis es en realidad un muy buen modelo a seguir.

Se podría decir que la figura paterna ideal de muchas personas.

Siempre se asegura de ver primero por las necesidades de su hija. Él descansa tranquilo una vez que Alison ha comido después de recibir un buen baño de agua caliente y está recostada en el sofá con una enorme sonrisa.

Sus empleos, aunque agotadores, siempre dejan al final el tiempo para que su pequeña no note demasiado su ausencia.

Odia el pensamiento de la menor sintiéndose rechazada, bastante tiene con su madre.

𝗧𝗵𝗲 𝗧𝗼𝗺𝗹𝗶𝗻𝘀𝗼𝗻𝘀 [𝗟.𝗦]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora