Su alteza... Tanto tiempo...

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Darcel tomó su lugar y se sentó en silencio, cuando estuvieron la mayoría, el emperador informó lo que sucedía.

—Esto es una emergencia... El reino Siare, acaba de declarar la guerra... ¿Recuerdan la vieja rebelión que terminó hace más de dos años? Los sobrevivientes y los familiares de los fallecidos decidieron trasladarse al otro reino y quieren venganza, tanto la iglesia como el gobierno de aquel lugar se unieron para acabarnos.

Inmediatamente los presentes hablaron entre ellos, la sala estaba llena de tensión y desesperación.

—¡Su alteza! ¡Deben querer algo! ¿Qué es lo que exigen?

—Quieren matarme a mí, a mi familia, a ustedes y a sus familias... Reclaman nuestras vidas, riquezas y territorios.

—Su territorio es tres veces más pequeño que nuestro gran imperio, pero su población es similar, no debemos subestimarlos, debemos atacar con todas nuestras fuerzas y con los mejores armamentos, no demostraremos piedad.

—Así es, espero que el ministro de Guerra participe y tome completo liderazgo de la batalla. —Sugirió su majestad. 

—¡Gracias por su confianza! Tan pronto culmine la reunión, iré al campo de batalla a detener los enemigos yo mismo.

—Bien, finalmente hay un segundo anuncio, no es sorpresa para nadie que he estado cansado estos días y por más que quise alargar el tiempo para tomar la decisión, me veo obligado a nombrar un príncipe heredero que tome mi lugar cuando ya no esté.

Todos estuvieron a la expectativa y guardaron silencio para escuchar con plena claridad el mensaje.

—El octavo príncipe Santiago Ernist, será el príncipe heredero de la corona de nuestro gran imperio.

Todos aplaudieron y la mayoría estuvo de acuerdo, el resto, los que eran del bando del primer o quinto príncipe, no se atrevieron a cuestionar la decisión de su majestad pues era algo que se podía adivinar fácilmente.

Al terminar la reunión, el ministro de guerra se acercó a Darcel.

—Su alteza, quiero pedirle algo.

—¿Me dirá que lo acompañe en la campaña?

—Así es mi señor, espero contar con usted, mi hijo me ha relatado grandes anécdotas sobre usted.

De esa forma, Darcel regresó a su castillo y empacó sus cosas.

Emma acababa de llegar de la ciudad algo ebria, al escuchar que Darcel había regresado fue a su habitación y se sorprendió al verlo guardar ropas y otras pertenecías.

—¿Darcel? ¿Qué sucede?

—Ha detonado una guerra, partiré de inmediato.

—¿Otra vez?

—Así es, esta vez contra Siare, la rebelión pasada no será nada en comparación.

—¿No se suponía que ambos países mantenían su paz a pesar de las tensiones?

—Si, pero las tensiones aumentaron desde la sequía del año pasado, se quejaban por un río en las fronteras, este reino tiene muchas fuentes de agua mientras que ellos muy pocas, supongo que quieren el territorio y si es posible mucho más.

—... No puedo evitar que vayas... Ten cuidado por favor, vuelve con todas tus partes.

—Bien, ustedes también cuídense.

Darcel estaba a punto de irse cuando Emma lo detuvo.

—Antes, debes despedirte bien de Elliot, sabes, te extrañará mucho.

Su alteza es mi destino [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora