Su alteza me ayudó a recordar

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Darcel suspiró al recordar ese día, pero decidió decirlo. —Lloré en cuánto te vi, tenías miles de heridas, apliqué un ungüento para que te ayudará a cicatrizar rápido, tú decías que era inútil, yo me sentía impotente, no podía hacer nada para ayudarte, querías que dejara de llorar, pero mis lágrimas eran imposibles de contener. Luego me dijiste que vendría alguien entonces me fui, hablé con él príncipe heredero y llegué a un trato para que no te mataran... A la mañana siguiente Emma lloraba, fue testigo de tu ejecución.

Aster imaginó el escenario y sus ojos se nublaron. Abrazó al príncipe y hundió su rostro entre su cuello.

—Oye ¿Por qué estás así? —Preguntó Darcel preocupado.

—Su altezaaa. —Siguió llorando—. Debió haberse sentido mal todo este tiempo, lloro porque lo odié, lo odié porque mi abuelo cambió ese recuerdo, pensé que usted sólo me utilizó, me sentí traicionado, pero luego de pensarlo, el Darcel de ese recuerdo era muy diferente a usted, cuando me enteré de la habilidad de mi abuelo sospeché que me manipuló, entonces decidí ser cauteloso. Desde el primer momento que nos reencontramos supe que mis sospechas eran falsas y ahora comprendo lo que sucedió.

—No te dejaste engañar, fuiste víctima de tu abuelo, pero te libraste de su juego... ¿Por qué él haría eso?

—Para que me alejara de usted y cumpliera su sueño de convertirme en su sucesor.

—¿Y lo harás?

—No, le cederé el puesto a mi tío, sólo me interesa estar a tu lado sin preocupaciones... Perdón, tardé mucho tiempo en volver a usted, intentaba evitarlo porque temía que mis sospechas fueran falsas.

Darcel acarició su espalda y besó su cabello oscuro. —Te amo, ahora todo está bien así que no llores.

Aster levantó su mirada y agradeció al cielo por poder apreciar el hermoso rostro de Darcel, acarició su mentón bien definido y lo besó.

Darcel regresó al palacio y era como si nada hubiera pasado, como si nadie se hubiese dado cuenta que lo habían secuestrado.

Cuando Aster regresó al templo, lo primero que hizo fue ir a la habitación del santo sacerdote principal. Su abuelo al verlo arrugó su expresión.

—¿Qué ha sucedido con tu ropa? Ve y ponte una túnica blanca si te presentas ante mí.

—La ropa es lo de menos, me enteré de que estabas enfermo.

—Por Dios, ya he dicho mil veces que estoy en perfectas condiciones, si es voluntad de él seguiré en pie miles de años más... Pero me dará la espalda porque mi nieto no se viste adecuadamente, si muero será tu culpa.

—Aster... —Dijo su tío—. Ve, no te tomará mucho tiempo, no lo enfades.

—¿Está bien?

—... Él dice que sí.

En eso, el sacerdote tosió repetidas veces en un pañuelo el cual lo desechó inmediatamente, Aster observó una mancha de sangre y se alarmó, pero antes de decir una palabra, su tío lo sacó de la habitación.

—¿Qué es lo que tiene? —Preguntó Aster.

—Está gravemente enfermo, no lo acepta por supuesto. Estoy iniciando los preparativos para el traspaso de poder. Es su castigo por abusar de su bendición.

—Pero todavía se ve animado.

—Estos días se ha estado muriendo, fingió actuar como que no le pasaba nada para no preocuparte, piensa que es una carga para mí y no quiere serlo para su nieto, ahora cambia tus ropas y trátalo bien, sé obediente y recita las sagradas escrituras para que se sienta feliz.

Su alteza es mi destino [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora