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Jimin se sentía motivado aquella nueva mañana, pero aquella motivación no desviaba del todo su fastidio por las clases, la noche anterior se la había pasado rodando sobre su cama imaginando las posibles alternativas que tendría para acercarse a la chica, claro que no podía usar la estrategia que usaba con todas, no solo podía impresionarla con sus habilidades de conquista, Yoonji era anticuada y supuso que la forma correcta para acercarse a ella debía ser de ese modo, anticuada.

Esa mañana después de peinarse y dejar ese mechón en su frente, buscó en su armario algún libro de texto, sacó su ropa y algunas envolturas de comida chatarra, embaces de bebidas alcohólicas y también cajetillas de cigarro, cuando se vio rodeado por toda la basura y sus prendas, algunas sucias, recordó aquella vez en la que con las hojas de su libro de literatura hizo una fogata en la playa cuando la chica que le acompañaba se lo pidió, o la vez en la que con su libro de historia contemporánea molestó a un chico arrojándoselo a la cabeza, también vino a su memoria la vez en la que su libro de ciencias perdió la batalla cuando una cerveza se derramó sobre aquel, Jimin se había sentido molesto con el libro por haber desperdiciado el alcohol, así que pronto lo arrojó en el bote de basura, el resto de sus libros ni si quiera sabia donde habían quedado, tal vez los había perdido con el paso de los días, ni si quiera Park era capaz de saber con exactitud la cantidad de libros que debería de llevar a clases. Frustrado, se rascó la nuca y con patadas arrinconó su ropa, luego, para calmar su leve ansiedad tomó la cajetilla de cigarrillos que había guardado en el cajón de su buró, encontrándose en el mismo cajón un libro con pocas páginas, ni si quiera supo de que era, solo lo tomó y lo puso bajo su brazo para poder encender el cigarrillo que ya sus labios sostenían.

—Jimin... — un hombre pronunció su nombre impidiendo que aquel saliera por la puerta — ¿A dónde vas?

—¿A dónde más iría?, voy a la universidad — Jimin no se dio la vuelta, solo tomó la manija de la puerta y con despreció hacia la figura paterna que estaba en casa, salió.

Al subir a su auto no aspiró el humo del cigarrillo, solo lo mantuvo en sus labios mientras aquel solo se consumía y la ceniza caía sobre su regazo, su mirada aún molesta y su mandíbula lentamente presionada denotaban su enojo, no fue consiente del momento en el que estacionó su auto debajo de una enorme sombra provocada por uno de los árboles de aquel estacionamiento. Al bajar del auto tiró el cigarrillo al asfalto, tomó el libro de pasta gruesa y maltratada, fue entonces que se percató de la presencia de Yoonji sentada debajo de aquel árbol que le brindó sombra a su auto.

Pero que tenemos aquí, de nuevo eres tú — Jimin pronunció mientras se acercaba a la jovencita entretenida en un libro de algún tema aburrido, eso pensó Jimin al ver la portada de aquel, una portada gruesa y de un tono café bastante oscuro.

—Y de nuevo eres tú, el idiota con cerebro sin uso — Yoonji no le regaló ni un segundo para mirarle, solo cambió la página de su libro y continuó con su lectura.

—¿Siempre eres así de poco gentil? — Jimin tomó asiento a lado de ella e intentó observar las páginas de aquel libro.

—Solo soy de ese modo con quien no es de mi agrado — contestó con tranquilidad sin prestarle mucha atención,

—De acuerdo, bueno ya que esto es una especie de club de lectura, espero que no te moleste si leo un buen libro a tu lado, no te molesta el humo del cigarrillo, ¿verdad? — Jimin dejó el libro desgastado sobre el pasto y entonces buscó un cigarrillo nuevo en sus bolsillos, pero la caja estaba vacía, había desperdiciado el ultimo sin darse cuenta debido al enojo que su padre le había provocado aquella mañana —, ¡demonios! Ya será más tarde.

1950: Promesa CelestialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora