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El viernes y el fin de semana se había terminado con la ausencia de Yoonji, con el inicio de semana Jimin se dio una vuelta por el campo de fútbol, aquel que Yoonji solía frecuentar las tardes en las que se sentía abrumada por la biblioteca, se sentó en el último escalón de las gradas, justo el mismo donde aquella vez la esperó, su altanería se veía desplazada por su nerviosismo así que se dispuso a fumar un cigarrillo, después fueron dos más hasta que en su cajetilla desaparecieron los cinco cigarrillos que tenía, con pesadez aventó la caja ya deformada por los constantes apretones que sus dedos ejercían sobre ella, aquel pedazo de cartón se fue en picada hasta el primer escalón de las gradas, pero Yoonji tampoco apareció durante aquella tarde que ponía fin al verano, ni las próximas tardes otoñales.

El jueves a medio día Jimin se plantó en una jardinera que quedaba frente a la biblioteca, pues en algún momento del día la joven tenía que pasearse por ahí, se la vivía dentro de ese sitio, Jimin no entendía cuál era el encanto de esos muros abarrotados con libros viejos que habían escrito adultos viejos que inútilmente habían desperdiciado su vida entera investigando y escrito algo fascista, matemático o sobre la venerada ciencia, con el supuesto fin del bienestar de la humanidad o para regocijarse en el éxito vano de su dichosa inteligencia, robando méritos brillantes como los de un tal Nikola Tesla, pero Yoonji solía pasar la mayoría de su tiempo en ese lugar entre libros, sin embargo, de unos días a la fecha la chica no se dejaba ver y su ausencia lastimaba internamente a Jimin.

— ¿Estas de nuevo en busca de tu "bella donna"? — Jungkook preguntó mirando en la misma dirección que Jimin — ¿por qué no te rindes? Ella definitivamente no tiene ningún interés en ti, si fuera así ella estuviera buscándote a ti, no tú a ella.

—No quiero darle la razón a Kook, pero es cierto, desde el miércoles pasado no la he visto cerca de ti — Kiwook se tiró en el pasto y cubrió con su mano sus ojos.

— ¿Qué? ¿Adelantarán el baile de invierno? — Taehyung pronunció rompiendo de tajo la discusión y atrayendo hacia él las miradas de los jóvenes — ¡Primer baile otoñal 1953, la revolución de la década!

— ¿No me digas que invitarás a Yoonji al baile? — Jungkook pronunció sarcástico mientras observaba a la joven que terminaba de pegar el poster con el anunció del baile justo fuera de la biblioteca —, ya ríndete y mejor dame las llaves de tu auto, seré amable y dejaré que subas de copiloto.

—Aún no se termina nuestra apuesta — Jimin pronunció —, quizás Yoonji se encuentra enferma, no he ido a su casa, probablemente el perdedor de Namjoon sepa algo.

— ¿Ya te escuchaste? — Kiwook se levantó del pasto y se apoyó sobre sus codos intentando entender a Jimin — te hemos perdido, ¿no será que el que terminó rendido a los pies de Yoonji fuiste tú?

—No digas tonterías Kiwook, el sol comienza a afectarte — Jimin chasqueó su lengua y miró hacía la biblioteca de nuevo —, solo intentó justificar por qué no me ha buscado, no pienso perder mi auto.

—O tal vez te odia y no quiere verte — Taehyung permanecía cruzado de brazos y entrecerrando los ojos intentando leer la información completa que aquel poster contenía —. O tal vez Yonghoon ya logró lo que tú no.

— ¿Qué? — Jimin se giró para ver a Kim pero aquel permanecía concentrado con la mirada perdida a lo lejos.

— ¿Qué? — repitió Taehyung a la pregunta de Jimin.

— ¿Qué fue lo que dijiste de Yonghoon? — Jimin dejó un par de golpecitos sobre el hombro ajeno atrayendo finalmente su mirada confusa.

— ¿Qué dije de qué? Yo no he dicho nada, ¿qué dijiste tú?

1950: Promesa CelestialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora