Dejando detrás al joven que seguía sus pasos mientras ella se sumía en el abrazo que le daba a sus libros, Yoonji agachó la mirada y escuchó su propio caminar por el pasillo, el suelo rechinaba ante el caminar de Jimin, Yoonji pensó que el joven era incluso flojo al caminar puesto que no se detenía a levantar bien los pies y solo tendía a arrastrar su caminar, algo tan tonto pero que la mayoría de los chicos de su clase solía a hacer solo para mantener una imagen despreocupada, ¡que molesto! Al llegar a su casillero abrió aquel con prisa, sacó el libro viejo y se giró sobre sus talones para poder entregarle aquel a su dueño.
—Aquí está lo que te pertenece, ahora por favor vete, tengo mucho que hacer — Yoonji le dio la espalda y sacó un par de hojas sueltas que estaban dentro de su casillero.
—Pero no quiero irme, oye sé que te gusta este sitio aburrido, pero la institución no te pertenece — Jimin se acercó a su espalda y susurró sobre aquella cabellera dicha frase obteniendo un sobresalto por parte de la joven que provocó la huida de aquellas hojas bancas llenas de manchas coloridas.
— ¿Quieres por favor mantener tu distancia? — Yoonji de inmediato se dio a la tarea de levantar las hojas que emprendieron vuelo ante su pequeño susto.
— ¿Qué es esto? No me digas que son cartas de amor — Jimin levantó la hoja que había caído tendida sobre sus zapatos, la examinó a detalle y un sentimiento nostálgico le erizó la piel, la risa burlesca se esfumó y antes de que pudiera reconectarse con aquella actitud machista y despectiva Yoonji le arrebató el boceto del campo de fútbol, aquel pintado al óleo, claro que la joven no era profesional, no era el papel o la pintura correcta, era solo el dibujo de una aficionada al arte, sin embargo, Jimin no podía negar que aquel era un buen dibujo.
—No te incumbe — Yoonji colocó la hoja sobre sus libros y de nuevo los abrazó posándolos con fuerza sobre su pecho.
—Deja de estar a la defensiva, solo fue una pregunta sin ánimo de decirte fenómeno — Jimin guardó sus manos en los bolsillos de su chaqueta y suspiró —. Lo pregunté por qué me sorprendió que tu técnica fuera muy apegada a la profesional, claro que podrías mejorar si usaras un lienzo de tela, el papel no logra soportar siempre la pintura, por ello los árboles de tu dibujo se ven demasiado raros.
— ¿Conoces de técnica? — Yoonji hechó solo un vistazo al dibujo, no se tardó mucho ya que Jimin estiró su cuello para intentar observar de nuevo.
—Un poco, cuando era niño solía dibujar y asistir a talleres de pintura, pero finalmente eso no es para mí, eso es más para las mujeres... — Jimin fingió un bostezo y evadió la mirada ajena, aclaró su garganta y después intentando ganar confianza, sacó su diestra de aquel refugio y hecho hacia atrás el mechón que le decoraba la frente — seré sincero contigo, no es casualidad que nos hayamos encontrado tantas veces hoy, es solo que, bueno yo...
Yoonji irguió su postura prestando atención a dichas palabras que comenzaban a causarle cierto interés, le miró, el joven a medida que avanzaba en su discurso se comportaba nervioso, combinaba palabras inciertas y claro que evadía su mirar curioso.
— ¿Tú? — la joven lo alentó incluso haciendo un ademan con su mano.
—Yo... quería saber si tú... ¿podrías ayudarme con matemáticas? — Jimin confesó entonces — he visto que ayudas a muchas personas con dudas y bueno, quería saber si puedes ayudarme, el director de mi facultad me puso un ultimátum, quiere que mejore mis calificaciones o simplemente va a echarme.
Con una fingida preocupación y un suspiro que le dejaba el toque perfecto a su mentira, Jimin la miró a los ojos intentando mostrar un poco de súplica, ella no podría negarse y él entonces ganaría la apuesta antes de lo esperado.
—Bueno... — Yoonji lo pensó un poco y después de un suspiro asintió, ella no podía negarse a brindar ayuda a cualquiera que requiriera de ella, inclusive si dicha persona no era de su agrado — pero realmente me gustaría un compromiso de tu parte seriedad y que...
—Sí, sí, si como sea, mañana en tu casa después de clases — Jimin ni si quiera prestó atención a la petición que la joven pronunció, pues aquel solo requería la afirmación para poder avanzar en su plan, así que le tocó el hombro y dejó un beso sobre su frente antes de despedirse con una sonrisa.
— ¿Qué acabo de hacer? — comenzaba a lamentarse aún sin darse a la tarea de ayudar a Jimin, solo pudo negar y limpiar con la manga de su suéter el beso que dejó en su frente, abrazó sus libros y se dirigió a lado contrario por el que Jimin se marchó.
Cuando Jimin por fin llegó a su auto, se sintió victorioso, sentía en su piel que la apuesta estaría ganada al día siguiente, Yoonji le llevaría a su casa y esa misma tarde la poseería en sus brazos, más tarde en la noche, Jimin estaría cobrando la apuesta, todo resultaría justo como lo había planeado.
Al encender el auto y sonreír por su logro emprendió camino a casa, pero, mientras se detenía en el tráfico, recordó los ojos de la joven cuando por segundos se miraron en el campo de fútbol, al percatarse de aquel recuerdo, sacudió su cabeza y negó un par de veces dejando escapar un suspiro, el carácter de aquella joven era en cierto punto atractivo, no era como las otras chicas que parecían caer a sus pies con una simple sonrisa, Yoonji le trataba con un cierto desprecio pero era a su vez bondadosa y comprensible.
Fue entonces que de su burbuja se despertó cuando el claxon de muchos autos detrás de él reclamaron su retardo en avanzar, Jimin no hizo mucho caso, solo llevó una de sus manos a sus labios y se perdió de nuevo en el mirar de la joven... aquella mirada que sin darse cuenta le había hecho sentirse en confianza pues, ese mismo día había confesado sin darse cuenta, dos cosas importantes para él, ¿quién era ella? Y ¿por qué lograba hacerlo sentir en casa?
Al llegar a casa, Jimin abrió la puerta encontrándose con su padre tirado a medio pasillo, las botellas de licor se encontraban regadas a su alrededor y el sonido molesto de la televisión encendida, como siempre en una sintonización de algún programa absurdo, Jimin se acercó a su padre y le dejó una palmada en el rostro intentando despertarle, pero solo obtuvo un manotazo desequilibrado. Park suspiró y llevó su mirada a la mano de su progenitor donde una botella de cerveza tenia sitio, con desprecio la arrancó de la mano ajena y entonces miró el rostro de su padre de nuevo perdido en el alcohol.
Jimin cerró los ojos y el eco de una voz femenina doliente retumbó en su cabeza, los recuerdos de su madre vinieron a él una vez más, sus ojos se llenaron de lágrimas pero, al estar cerrados con fuerza, ninguna lagrima logró escapar, con rabia abrió los ojos y entonces tiró en el rostro de su padre el líquido de aquella botella, el hombre solo movió sus manos para cubrirse, pero no sucedió algo más.
Jimin miró la botella y entonces la arrojó a la esquina de la habitación con enojo. El enojo y la ira que había almacenado día a día gracias a su padre, aquel sentimiento había suplantado el sentimiento luctuoso por su madrer, pues fue aquel alcohólico desgraciado el culpable de la muerte de una mujer tan necesaria y tan amada para el pequeño Jimin de aquel entonces...
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Creación de 命⋆𝒟𝒜𝒢𝒢𝐸𝑅 biabor.
Recuerden que la dinámica aún continua así que no se olviden de ella y sigan las instrucciones para ser ganadorxs.
Att:Jen
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1950: Promesa Celestial
FanfictionEsta es la segunda parte de la saga "Décadas", debes leer primero 1850: Beso Prohibido para entender la historia general, sin embargo puedes leer esta individualmente. Nota importante: La obra está ambientada en los años de 1950 a 1960, época llena...