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Ellery Guzmán y Marco Castro


Ellery Guzmán —Casa de Emilia Ferrer. Lausana, Suiza

—Quiero regresar a México, Paolo, ya tomé mi decisión.

—¿Estás segura de esto? —le preguntó el mayor, no muy convencido de la decisión que había tomado, eso no le agradaba en lo absoluto.

—Sí, quiero sentirme en casa, aquí me siento como una intrusa —confesó mirando todo a su alrededor.

—Ellery, esta era casa de tu madre y ahora te pertenece a ti, sabes que yo no me opongo a tus decisiones pero esto es una locura —sinceró.

—¡Locura! —exclamó dolida, levantándose del sofá— Locura fue hacerme la idea y aferrarme a vivir en un lugar donde sé que no pertenezco.

—Te sientes así por tu madre ¿No? —ella solo lo miró.— El ya no tenerla te hace creer que no perteneces en esta casa.

—¡Es que no pertenezco! Yo pertenezco en México, en mi país natal. Debí regresarme en cuanto me gradué. —el canoso la inspeccionó de pies a cabeza, sabía que algo no andaba bien con ella, la conocía de tiempo.

—¿Qué es lo que te pasa realmente? Porque podrás engañar a cualquier pendejo que se te atraviese, pero a mí no, Ellery, te conozco desde que eres una adolescente. Estás en casa, —los ojos de la castaña se cristalizaron.

—No... me sentía en casa cuando estaba mi madre o papá venía, ¡Ya no tengo a ni uno aquí conmigo! —confesó mientras lágrimas corrían por sus mejillas, se sentía sola, a pesar de tener a Paolo junto a ella, se sentía sola, incompleta.— Ya no tengo a ni uno —susurró.

—Ellery, sabes que...

—Sé que en México no los tendría —interrumpió—, pero me sentiría más completa porque mis hermanos estarían mucho más cerca y podría ver la tumba de mamá.

—Ven acá, mocosa —la llamó y ella se acercó a sus brazos.

Ese apodo sonaba horrible, cualquier otra persona lo tomaría como una ofensa, pero Ellery sabía que era de cariño, que no lo decía de mala manera, al contrario, con ese sobrenombre, él le hacía saber todo el cariño que le ha tenido.

Por sexta vez en el mes, Ellery se rompió en los brazos de su jefe de seguridad, ese hombre que la ha cuidado desde la edad de doce años, ese señor que la ve como la hija que nunca tuvo y le hubiera gustado tener.

Ella era la única y última descendiente de la familia Ferrer, unos empresarios españoles, también siendo la novena hija, convirtiéndola en la menor de los hijos de uno de los ex capos más grande de México, una mujer no conocida como hija del Narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, alías 'El Chapo', sólo conocida por cuatro hermanos dedicados al 'negocio familiar'.

Para ella era duro, había perdido a su madre, hace casi seis años para ser exactos, y le seguía doliendo como los primeros meses, tan solo dos años después su padre había sido capturado y en un unos meses más había sido extraditado a los Estados Unidos en Enero del 2017

Después de una hora, de pláticas, Paolo logró tranquilizar a la joven de veinte años.

—Bueno, mija, tenemos que comenzar a empacar, regresaremos pero...

—Pero no podré ver a mis hermanos —interrumpió— Lo sé, es por mi seguridad.

—Me alegra que lo entiendas, te iré a comprar comida, mientras, tú, comienzas a empacar lo que llevarás.

Qᴜɪᴇʀᴏ ᴜɴ ғᴜᴛᴜʀᴏ ᴊᴜɴᴛᴏs... 𝑀𝑇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora