Dos mundos distintos se encuentran en una misma ciudad; un encuentro que a ambos les agrada, sin conocerse, ni mirarse las caras. Amoríos del pasado regresan para impedir que el otro sea feliz, pero ambos jovenes están destinados a sanar el corazón...
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La resaca no nos detiene. Aquí se suma, no se resta🐄...
—¡Güeeeeey! —exclamó Kevin adentrándose a la habitación de su hermano sin tocar la puerta.
—¡Ya ví! —respondió de la misma manera.
—¡Al chile eres un pendejo si no usas esta excusa para hablarle!
—¿Y qué le voy a decir?
—No sé verga, yo ya cumplí con la misión de enseñarte la publicación.
—Pero yo ya la había visto.
—Dejémoslo con que yo te dije —respondió y salió.
Marco miró por donde entró y salió su hermano.
¿Qué excusa usaría para hablarle?
Se sentó a la orilla de la cama y se puso a ver la foto de los animales que Ellery había subido.
Sin darse cuenta, como si su mente y cuerpo actuaran por si solos, se encontraba enviando un mensaje.
Instagram
elleryguzman|markitostoys
Esa frase es mía. 11:30 a.m.
Después de haber enviado en ese mensaje con todos los nervios que tenía, Marco dejó el celular sobre la cama y se adentró al baño para tomar una ducha.
Duró más de lo que solía hacerlo, no quería salir y menos tomar su teléfono.
¿Debí de haberlo hecho?. Se cuestionó durante el rato en que se duchaba.
Después de casi treinta minutos salió con una toalla enredada en su cintura y tomó el celular sin encenderlo, se mentalisó por un noventa y nueve porciento de posiblidad de un rechazo y no contestación por parte de Ellery, y ahora sí encendió el teléfono.
