Qᴜɪᴇʀᴏ ᴜɴ ғᴜᴛᴜʀᴏ ᴊᴜɴᴛᴏs... 𝑀𝑇

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SEPTIEMBRE 27, 2021
11:30 A.M.

Ellery se encontraba sentada en la parte trasera de su casa con un Golden Retriever a sus pies y una laptop sobre sus piernas, la joven observaba ideas sobre revelar de sexo, aunque aún faltaba un tiempo para eso, ella se quería comenzar a planear todo.
Ella había quedado con su pareja en ver ideas juntos, pero el hombre había desaparecido a tempranas horas del día y no respondía ninguno de sus celulares, la castaña había decidido no seguir insistiendo, pues no sabía si su pareja se encontraba con el arquitecto encargado del próximo rancho Castro Guzmán.

Su celular personal comenzó a sonar y lo tomó de inmediato, con la esperanza de que se tratara de Marcos, pero no era así, se trataba de su mejor amigo Chiquete. Una pequeña sonrisa apareció en su rostro y respondió.

—Buenos días, Enrique.

—Buenos días, chaparra. ¿Dónde andas?

—Estoy aquí en la casa, ¿Por qué la pregunta?

—Ayer me dijiste que querías comprar ropa para bebé.

La castaña asintió como si el hombre la observara y al cabo de unos segundos respondió:

—Ah, sí, ¿Vienes o gustas que nos veamos en algún lado?

—Voy para allá. Tú manejas de ida porque no sé a dónde quieres ir y yo manejaría de regreso.

—Ya está. La casa está abierta, para que pases.

Enrique emitió un sonido de afirmación y colgó la llamada.

Aquella joven había decidido comprar ropita para bebé en tonos pasteles que pudieran utilizar ambos sexos, puesto que hasta el momento no sabían qué sexo era el bebé que venía en camino. Marcos esperaba una niña preciosa idéntica a Ellery, en cambio, ella esperaba con ansias un varoncito güerito de cabellos castaños como ella y rizados como los de su pareja. Aunque sin importar si se tratase de niño o niña, ellos lo adorarían con todo su ser.

No pasó mucho rato cuando la puerta principal fue abierta y casi al instante se escucharon los ladridos de Ralph. Ellery supuso que se trataba de su fiel amigo. Tomó sus cosas y bajó para dirigirse a la cocina, de donde provenían ruidos y afectivamente, Enrique se encontraba sirviéndose un vaso de limonada.

—¿Ya nos vamos? —la joven asintió y le mostró las llaves de su Mercedes, dándole a saber que usarían su auto.

—Cierras bien —pidió mientras caminaba hacia la salida.

Durante la mayor parte de camino al forum, Ellery se la pasó callada y pensativa, algo poco común en es joven risueña. Su amigo se encontraba preocupado, puesto que ella debería estar alegre por la noticia de su embarazo, pero no era así ¿Acaso no se encontraba feliz con su embarazo y su amigo?.
Enrique observó cómo su amiga recargaba su brazo en la puerta y su cabeza en la mano.

—¿Estás bien, Ellery? —cuestionó el hombre llamado su atención, ella lo miró.

—¿Perdón?

—¿Estás bien?

Ellery suspiró e instintivamente llevó su mano a un pequeño vientre, mientras regresaba la mirada a la calle.

—Marcos despareció desde muy tempranas horas, entre las cinco y media de la mañana o seis —soltó de una.— ¿Tú sabes algo? —cuestionó con esperanza.

—No sé absolutamente nada, chaparra. ¿No lo has llamado?

Ellery sonrió con tristeza y asintió.

—Sí, lo llamé muchas veces, pero me mandaba a buzón directo.