Capítulo 9

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Jungkook regresó en taxi en poco menos de una hora, trayendo consigo su maleta. Se había bañado, afeitado y vestía una camisa negra ajustada y unos jeans grises. Taehyung también había tomado un baño y cambiado de ropa. Llevaba puesta una remera blanca muy amplia y unos pantalones café que se ajustaban a su pequeña cintura.

Luego que acomodaron el equipaje de ambos en la camioneta, Tae le agradeció a los señores Choi por todas sus atenciones, y se despidió de ellos con mucho cariño.

_ Gracias por todo, señor y señora Choi. Me sentí muy cómodo con ustedes. En verdad se los agradesco.

_ No tienes nada que agradecer, dulzura. Espero que tu viaje sea muy agradable y... _ bajando la voz, la señora Choi agregó_ espero que ese muchacho sepa tratarte como te mereces.

_ Oh, claro que sí. Jungkook es una gran persona.

_ No te metas en sus cosas, querida_ intervino el señor Choi_ Estoy seguro que todo irá bien. Si el joven Jeon ha decidido acompañarlo por algo será. Ve con bien, Taehyung.

Se prodigaron sendos abrazos y el castaño subió al vehículo sabiendo que extrañaría a esos dos.

_ Conduciré primero. _ dijo Jungkook_ Ya está oscureciendo y conozco mejor la zona.

_ De acuerdo. Luego conduciré yo. _ respondió el castaño.

El trayecto comenzó tranquilamente mientras escuchaban música y hablaban sobre las ciudades costeras que aparecían en el mapa. Al rato se toparon con una gasolinera y pararon a cargar combustible. El móvil de Jungkook sonó pero este cortó la llamada y siguió cargando gasolina. El encargado del lugar le informó a Jungkook que la ruta estaba bloqueada a unos pocos kilómetros de allí por un accidente que involucraba el choque y vuelco de dos camiones de carga pesada, y se necesitaban grúas de gran porte para moverlos. Estas no llegarían hasta la mañana y se tardarían horas en levantar todo. A continuación le aconsejó tomar un camino alternativo, que si bien era mucho más largo, era la única opción que tenían. Les aconsejó ir con precaución porque se esperaban lluvias.

Taehyung aprovechó unas bancas que habían dispuestas cerca de la entrada y sacó las viandas. Se sentaron a comer mirando el oscuro cielo que empezaba a nublarse de a poco.

El teléfono de Jungkook volvió a sonar, volvió a cortar y esta vez bloqueó el número.

_ ¿Todo bien? _ preguntó el castaño.

_ ¿Um? Sí, solo es otro llamado de la prestadora ofreciendo promociones.

_ ¡Aish, son tan molestos! _ dijo Tae mientras reflexionaba _ ¿Quién hubiera pensado que esta noche estaríamos juntos, comiendo mandus y mirando el cielo.

_ A mi no me sorprende. Empezamos comiendo mandus en el puente y es lógico que empecemos la aventura comiendo lo mismo.

_ En realidad empezamos tirados en el suelo, y tú gruñendo.

_ Bueno, sé que te gustaría tirarme aquí mismo pero el suelo está lleno de tierra y aceite de motor. _ bromeó el pelinegro, y se sorprendió al ver como Tae se sonrojaba._ No te pongas colorado. No es lo que quise decir ... No fue con doble intención, tú no ... Yo no soy...

_ No te preocupes, lo entendí. Se a qué te referías. Me puse colorado al recordar mi torpeza _ mintió el castaño riendo. _ No me fijaré en tí, lo prometo, sé que no soy de tu "tipo".

Jungkook se puso serio, pero no negó lo dicho por Taehyung, ni aclaró nada. Aunque en su cabeza quedaron sus palabras dando vueltas.

Al volver a la ruta, notaron que el camino alternativo era en verdad muchísimo más largo de lo que esperaban, bastante más maltratado, y con el cielo totalmente nublado la lluvia llegaría pronto. Los kilómetros pasaban y Taehyung notó que Jungkook estaba menos comunicativo, pensó que seguramente estaba cansado.

ENTRE VIÑAS Y CEREZOS 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora