Epílogo

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Argentina. Casi dos años después.
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Taehyung, salió corriendo del ascensor de su antiguo departamento en la zona de diques. Siempre que venía a Buenos Aires se quedaba allí.

Esta vez había venido a la capital para finiquitar sus problemas legales. Luego de una interminable batalla judicial, había conseguido recuperar los bienes que le habían sido inhibidos por su ex, alegando una incorrecta división en el divorcio. El infeliz pretendía quitarle la mitad de sus viñedos, pero no lo consiguió pues estos eran adquiridos por herencia. Aún así, Seo Joon intentó quedarse con los campos que Taehyung había comprado al volver de Corea con el dinero de sus trabajos fotográficos. Hasta que se demostró que el dinero de la compra había sido ganado con posterioridad a la separación matrimonial, ya habían pasado casi dos años de litigio.

Casi dos años donde Seo no hacía más que acosarlo a él, y provocar a Jungkook.

El castaño había tenido que pedirle a su novio que se quedara en Mendoza durante sus viajes a la capital para evitar que las peleas pasaran a mayores. Al principio, el azabache se había negado de forma contundente a dejarlo enfrentar solo a su ex, pero, después de una gran pelea entre ambos, Taehyung logró convencerlo. Por suerte, ya todo había terminado y Seo Joon no se había salido con la suya. Aunque había tratado de dañarlo hasta el último momento. Pero no había logrado su cometido y eso era lo importante.

Cargando en su hombro su bolso de viaje, salió a la acera y se arregló como pudo sus largos mechones castaños. Encendió su móvil, tomó aire y formó una sonrisa antes de realizar la videollamada. Fue contestada en el primer timbre.

_ ¡Dios mío, Taehyung! _ la voz de su novio sonaba alterada _ Hace horas que estoy llamando y no me atiendes, bebé. ¿Estás bien?.

_ Sí, es solo que... la audiencia se retrasó y... en el juzgado no había señal _ respondió bajando la mirada.

_ Está bien, amor. No me hagas caso, solo estaba preocupado _ el azabache notó su nerviosismo y trató de calmarlo _ Cuéntame, ¿qué pasó?.

_ ¡Se acabó, Jungkook! _ a Taehyung se le quebró la voz. Y mirando el rostro de su novio a través de la videollamada agregó _ Soy libre, mi vida.

_ ¿De verdad? _ los ojos del azabache brillaron tanto como el cielo estrellado _ ¿Por fin el juez dictó la sentencia?.

_ Si, Kookie. El juez no dió lugar a los reclamos de Seo Joon y me concedió el divorcio _ Tae se secó un par de lagrimitas fugitivas _ Además, deberá devolverme el dinero de la casa de mis padres, también obtendré un resarcimiento por daños y perjuicios. Por si fuera poco, le ordenó hacerse cargo de las costas judiciales y ya no puede apelar. Se agotaron todas las instancias y la sentencia es definitiva.

_ ¡Por fin, amor! _ el grito de alivio de Jungkook dio muestra de su sinceridad _ ¡Estoy tan feliz!.

_ Yo también, Kookie. Al fin Seo Joon salió de nuestras vidas.

_ ¿Cómo se lo tomó? _ el pelinegro conocía lo agresivo que podía llegar a ser el ex de su prometido y temía su mala reacción _ ¿Se fue del juzgado en paz?.

El castaño se quedó estático por un momento y su sonrisa tembló en su boca. De inmediato, Jungkook supo que algo malo había pasado.

_ ¿Qué pasó, bebé?.

_ Nada _ Tae negó con la cabeza y se recompuso.

_ Te conozco, amor. Dímelo.

_ Solo gritó y me insultó. Nada más.

_ ¿Estás seguro, Tae? _ insistió _ ¿No te hizo daño?.

_ No, no te preocupes. No pudo hacer nada con el juez presente.

ENTRE VIÑAS Y CEREZOS 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora