¿Cómo decirlo en palabras exactas y sin recurrir a extremos favoritismos? Resumiéndolo lo mejor posible: Vegas sabía perfectamente cómo satisfacer a una persona en la cama.
Más importante todavía, en ello no entraban las ideas absurdas acerca de que las primeras veces forzosamente significaban un calvario que el sujeto debía atravesar para destapar el delicioso elixir de la sexualidad a través de la experiencia y la costumbre. Pete se volvió la prueba viviente de esto pues, si bien era inevitable el dolor y los malestares corporales como consecuencia de la actividad física, su complacencia daba cuenta de que las primeras veces también se gozaban siempre y cuando se les manipulara de la manera más conveniente.
La primera vez que un hombre le hacía un oral.
La primera vez que varios dedos entraban en ese orificio que antes no consideraba como prospecto para despertar placeres.
La primera vez que saboreaba tanto un orgasmo.
Error.
No fue sólo uno.
Pete dejó de contar después de la segunda vez puesto que Vegas perdió la cabeza argumentando lo maravilloso que era verlo acabar frente a sus ojos. De mirada extraviada, de cuerpo tenso, de respiración entrecortada. Tan fascinante como para volver a suplicarle por otra ronda.
Después, al notar que Pete no podría soportar teniéndolo dentro todo el tiempo recurrieron al uso de ambas bocas. Esa también fue la primera vez de Pete atragantándose con el largo inconveniente de un buen amigo que le ayudaba a quitarse el estrés de la semana.
¿Vegas era un amigo?
¿Para qué pensarlo? Aquello no cobraba relevancia para lo mucho que se beneficiaron mutuamente.
Se sintió raro toser con esa cosa dentro, pero Vegas no se quejó porque parecía más entregado en succionarle el par de rosadas bolas que Pete jamás imaginó le generarían tremenda sensibilidad al grado de hacerle temblar y separar más las piernas como rogando por una atención mayor entre ellas. Vaya posición tan provechosa la de estar uno de frente a la pelvis del otro.
Rejuvenecedor.
Dinámico.
Vegas también quedó enganchado. De lo contrario con la primera ronda habría bastado para bajarse el calor con el que lidiaba desde la conversación en el comedor de la mansión. Pero obviamente no pudo. Pete lo dejaba seco y un tanto perdido. Anhelando probar hasta lo último de tremendo aperitivo.
Llegaron a tanto durante la madrugada que Pete casi cede a quedarse dormido sin importarle lo sucio de su cuerpo o que Vegas no hacía intento por salir de él para sacarse el condón y dejarlo libre al mismo tiempo.
Gracioso de alguna manera pues el que quedó rendido en la inconsciencia fue Vegas mientras que Pete, lidiando con el dolor de la cadera y el resto de su cuerpo, tuvo aún la fuerza suficiente para salir de esa habitación y echarse a correr rumbo a la que le correspondía.
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Carpe Diem [VegasPete]
FanfictionA Pete la suerte nunca le sonrió. Condenado a abandonar sueños y metas por sus escasos recursos decide tomar el puesto de su viejo padre como un simple taxista de medio tiempo a quien el destino relega a la tediosa rutina. Hasta que, en una madruga...