10 MINUTOS

91 5 1
                                    

–Maria tengo miedo.

–¿Y si a la gente no le gusta mi cortometraje?–pregunte con los ojos llorosos.

–¿Y si a la gente no le gusta mi trabajo?–pronuncié como pude.

–Con la canción fue fácil, yo no esperaba nada de nadie además estaba borracho. Yo solo te echaba de menos y nublado por esa tristeza le di a un botón, un simple botón que cambió toda mi vida.

–Ahora todo el mundo espera algo de mí. Todo el mundo espera que sea la mejor historia que nunca se haya escrito, que sea el mejor cortometraje que nunca se haya visto o que sea la mejor canción que nunca se haya cantado.

–Pero, ¿y si no es lo que yo realmente quiero?

–¿Y si yo no quiero que todas las personas estén atentas a mí?

–¿Y si yo solo quiero que estemos tú y yo aquí cenando o en mi casa simplemente viendo una peli?

–¿Tan horrible sería?

–Carlo...–trato de comenzar Maria pero no permití que continuará.

**

Tres meses antes

–Guille que en diez minutos cumplo 19 años.

–Ya lo sé Carlo. Por eso mismo nos hemos comido la tarta y por eso mismo también llevamos 2 o 3 copas, o más no lo sé.

Me dijo mi mejor amigo, que llevaba demasiadas copas encima como para tomarse nada en serio.

Guille tenía su pelo rizado más alborotado de lo normal, llevaba dos aros bastante extravagantes y sus preciosos pantalones rosas. Tenía un sentido de la moda espectacular, demasiado extravagante para mi gusto, puede ser, pero espectacular.

Yo como de costumbre casi ni le escuchaba.

Tampoco había gran cosa que escuchar.

–Calla si eso lo sé, –le conteste riendo–, quiero decir que en cosa de 10 minutos cumplo 19 años y no sé nada sobre la vida.

Hubo una pequeña pausa, ninguno de los dos dijo nada.

–No sé lo que se siente por ejemplo al estar enamorado. Que una chica se acueste y se levante pensando en mí.

–Carlo 10 minutos ya no quedan, quedarán 6 o 5 más o menos.

Guille se rió sin control. Yo en cambio lo mire con una rabia poco común en mí. Sentía que era un tema demasiado serio para mí y él ni siquiera me escuchaba.

–Guille tío que esto es serio. –dije mientras le mandaba a callar.

Él se me acercó y se sentó justo enfrente de mí.

–Yo me refiero a amor de verdad, que una chica se muera por mí como yo lo haría por ella. –dije mientras me quedaba pensativo mirando mi triste y vacío reflejo en el negro liquido de mi vaso.

Llevaba toda mi vida solo, bueno solo no, tenía a Guille. Era más que mi mejor amigo, era como un hermano para mí. Los dos nos habíamos criado juntos. Al principio nuestros padres eran muy buenos amigos pero por cosas de la vida acabaron muy peleados. Antes de eso los dos decidimos mudarnos, alejarnos de ellos y de sus peleas sin sentido. Nos mudamos a la pequeña isla de Mallorca, imaginate dos chavales con dinero y sin nadie que les controle. Sigo sin saber cómo seguimos con vida.

Aquí conocimos a muchísima gente como a Marcos, a Sara o a Dani pero sentía que eran más amigos de Guille que míos. Me sentía raro, perdido, sentía que algo iba a pasar.

Distintas CasualidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora