¿TIENES FUEGO?

25 3 0
                                    

No sé ni cuánto tiempo pasé tratando de olvidarla, lo intente de todas las formas, pero no hubo manera. A ratos conseguía evadirme de la realidad, como cuando estaba con Guille y hacíamos cualquier plan de los nuestros. Como cuando nos pasamos un día entero en el centro comercial comprando ropa, gastando dinero y mas estupideces o cuando estaba en el plato interpretando algún personaje o en casa escribiendo un nuevo guión. Incluso compuse una nueva canción, fue durante los primeros días después de que Maria se marchara y no volviera a saber nada más de ella. Me eche toda la culpa, pensé que había sido fallo mío, que la haba presionando demasiado, tal vez la había agobiado. Me lance demasiado pronto, trate de presentarle a todos mis amigos y la presione sin saberlo, la asuste. Creo que es de las cosas de las que más me arrepiento de toda mi vida.

No conseguía ser el mismo de siempre, solo lo conseguía cuando me escapaba para poder surfear pero era solo un alivio efímero. Trataba de ahogar mis penas en cada ola que coronaba, deseando que mi dolor se disolviese como la sal en el mar pero no fue así.

Había pasado ya un mes desde que Maria salió de mi piso dejándome ahí solo con un libro y con mil preguntas sin respuesta. No había sido capaz de empezar a leerlo, me recordaba demasiado a ella. Me había centrado en el trabajo, estuve todo el mes ensayando, rodando, ensayando y volviendo a rodar. Era mi propio cortometraje, no había conseguido que una productora se interesara por mi guión, así qué tuve que buscarme la vida. Ya casi habíamos terminado, solo nos faltaban las dos últimas escenas. Después de mover un par de hilos, es decir, tratar de convencerlo durante varios días, conseguí que Guille quisiera salir. El estaba super nervioso, era la primera vez que interpretaba pero su ilusión era enorme, solo por eso mereció la pena. Su papel era simple pero tenía una gran relevancia en la historia, era el novio de la chica de la cual el protagonista estaba enamorado.

Sí, el corto era un reflejo de la vida misma.

Por Fin habíamos acabado y teníamos que celebrarlo. El día que acabamos de grabar la última secuencia sentí una paz acompañada de una alegría y una ilusión que llevaba más de un mes tratando de recuperar, por momentos pensé que jamás volvería a estar en paz conmigo mismo. Después de todo por fin parecía que había recuperado la esperanza.

Guille insistió en salir a la discoteca a la cual siempre íbamos, al menos antes de conocer, bueno ya sabéis a quién. Me había prometido a mí mismo que no volvería a pronunciar su nombre, no quería pensar en ella, no podía. Porque si lo hacía solo conseguiría darme cuenta de que seguía igual de enamorado de ella y no había conseguido superarla.

–¿Carlo y esto cómo funciona?, ¿Cuándo este editado se publica en YouTube así sin más o? –me preguntó Guille mientras conducía en plena autopista.

–Concéntrate en la carretera. –dije tan normal.

–Y no hay ninguna forma de..., –se calló por un breve instante–, no sé yo podría presentarte a alguien y ese alguien podría presentarte algún productor y... , no sé conseguir triunfar?.

–¿Y si no quiero triunfar Guille? –dije sin apartar la mirada de la carretera mientras la pregunta se quedaba suspendida en el aire que nos rodeaba.

El sol estaba cayendo, poco a poco la luz se iba desvaneciendo y la oscuridad se abría paso lentamente.

Guille me miró y sin que yo le mirara a él fue capaz de entender que no era buena idea seguir con la conversación, no era ni el momento ni el lugar.

**

Volvía a estar en la misma situación, aporreando la puerta de mi baño. Guille se había empeñado en no salir pronto. Ya eran casi las doce, yo ya estaba listo y eso que no tenía ganas ni de salir. Al final Guille había conseguido, como siempre, convencerme para ir a la discoteca. Sigo sin saber como lo hizo.

Distintas CasualidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora