|𝓤𝓷 𝓿𝓲𝓪𝓳𝓮 𝓫𝓪𝓼𝓽𝓪𝓷𝓽𝓮 𝓲𝓷𝓬𝓸𝓶𝓸𝓭𝓸|

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──Papá, ¿me prestas tu auto? ──preguntó Fëanor.

──Lo lamento hijo, mi auto se descompuso. Pero Puedes pedirselo a Fingolfin ──propuso Finwë.

──¿Fingolfin?

──Así es, está afuera regando el jardín ──informó apuntando la puerta principal

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──¿No saldrás con Anairë?, ¿porque no? ──preguntó Finarfin.

──La semana pasada me dijo que había ido a cabalgar y durante una carrera cayó del caballo y se rompió el pie ──respondió Fingolfin regando las rosas──. ¿No saldrás tú con Eärwen? ── pregunto.

──Esta de viaje con su familia ──respondió Finarfin serrano la llave.

──Pues parece que ninguno saldrá este fin de semana ──comento Fingolfin.

Mientras ellos recogían los artículos de jardinería, llegó Fëanor.

──¿Les puedo puedo pedir un favor? ──preguntó el mayor.

──Depende de cual sea el favor ──respondió desconfiado Fingolfin.

──¿Me prestas tu auto, por favor? ──cuestióno el pelinegro.

──¿Estas jugando?, por supuesto que no. Nadie que no sea yo conduce mi auto. Además, ¿Para que quieres un auto?, ¿Vas a salir? ── cuestiono Fingolfin.

──Eso no te importa ──respondió molesto Fëanor.

──¿Vas a visitar a Nerdanel? ──cuestiono Finarfin.

La cara de Fëanor quedó roja de vergüenza, Finarfin y Fingolfin compartieron una mirada cómplice.

──Cambie de opinión.

──¿Me prestaras tu auto?

──Obvio no, Finarfin y yo te llevaremos.

──¡¿Que?! Eso nunca.

──Pues esa es la solución, tomalo o dejalo.

2 minutos después...

──Esto es una pesadilla ── murmuro Fëanor.

──Para nosotros tampoco es un cuento de hadas ──respondió Fingolfin mirándolo a través del espejo retrovisor── ¿A donde vamos?

──Por cuarta vez a Valinor ──respondió molesto Fëanor.

Los tres viajaban en absoluto silencio. Fëanor podría haber tomado su propio auto y viajar perfectamente por si mismo; si tan sólo no hubuese chocado el año pasado, dejandolo inservible.

Ahora estaba dormido, Fingolfin edtaba centrado en el camino y el rubio observaba la carretera, hasta que vio un auto rojo, sonrió y se giro emocionado hacia Fëanor y le golpeo en el hombro, quien reacciono y lo regreso de inmediato.

──Oye que te pasa, solo estaba jugando ──dijo Finarfin

──Pues si quieres jugar, ahí esta tu hermano, Fingolfin.

Desastres y Problemas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora