|𝓒𝓪𝓶𝓲𝓷𝓸𝓼 𝓭𝓲𝓯𝓮𝓻𝓮𝓷𝓽𝓮𝓼 𝔂 𝓮𝓷𝓬𝓾𝓮𝓷𝓽𝓻𝓸𝓼 𝓲𝓷𝓬𝓸𝓶𝓸𝓭𝓸𝓼|

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Una hora después habian llegado a Valinor, Sauron y Melkor ya se habían marchado hacia el norte, mientras Fingolfin y Finarfin ayudaron a Fëanor a salir del problema en el que se había metido.

──Bien, entonces, ¿a donde vamos? ── Pregunto Finarfin y Fingolfin mirando a Fëanor.

──¿Porque me miran a mi? Estoy tan perdido como ustedes ── Respondió con molestia Fëanor.

──¿Porque no preguntamos a las personas? ── Siguirio Finarfin.

──Creo que eso es mejor que quedarnos aquí sentados ── respondió Fingolfin apoyando la idea de su hermano.

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Después de mucho preguntar, los tres llegaron a una casa, de dos plantas, fuera de la casa estaba un hombre. Fingolfin y Finarfin empujaron a Fëanor hacia la casa y ellos se quedaron unos pasos atrás.

──Disculpe Vine a buscar a...

──Padre la cena esta lista.

──¿Nerdanel?

──¿Fëanor?, ¿que haces aquí?

──Bine a buscarte.

──¿Le conoces hija?

──Padre es con quien fuimos a comer hace como un mese y también es el de la obra que hace unas semanas fuimos a ver.

El hombre vio a Fëanor, detenidamente, Fëanor sonrió nervioso.

──¿Viniste solo, chico?

──Si.

──¿Como encontraste nuestra casa si dices que es la primera vez que vienes?

──Preguntando a las personas ── Respondió Fëanor sonriendo.

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Sauron y Melkor llegaron a la casa de Eru, Sauron casi arrastro a Melkor a la puerta principal. Tocaron la puerta y esperaron. Después de unos minutos un hombre de rostro amable apareció.

──Empezaba a preguntame cuando regresarías.

──Bueno ya esta aquí.

──¿Donde quedó tu cortesía?, ¿No me presentaras a tu amigo?

Melkor giro la cabeza hacia Sauron quien, estaba recargado contra uno de los postes de madera de la casa, mirando el gran jardín.

──No es mi amigo, es solo un conocido. Se llama Sauro.

──Un gusto conocerle señor Eru ── saludo Sauron acercándose a ellos y sonriendo.

──El gusto es mio, al saber que Melkor tiene un amigo tan cortes como tú.

Melkor no pudo evitar soltar una carcajada. Sauron pateo disimuladamente el pie de Melkor.

──Porque no pasan y platicamos un raro ── Propuso Eru, abriendo la puerta principal.

──Nos encantaría padre pero...

──Claro que queremos, ¿vedad Melkor? ── Sauron pellizco a Melkor con disimulo, Melkor asintió a regañadientes, después se giro hacia Eru con una sonrisa.

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Los tres tomaban café en la sala de estar, Mientras Ilúvatar y Sauron platicaban animados, Melkor se moría de aburrimiento y cuando creía que todo había acabado Sauron habló.

── Melkor me conto que ustedes sabe muy buenas historia ── comento Sauron mientras cogiendo una galleta.

──¿Te gustaría escucharlas?

──Porsupuesto ── respondio Sauron.

"me explotará la cabeza" pensó Melkor tomándose el café.

Llevaba dos horas, dos largas y agobiantes horas sentado, escuchando una aburrida conversación entre su padre y Sauron. Mientras ellos dos platicaban felices y él moría de aburrimiento.

"Ya nada peor me puede pasar" pensó para si satisfecho.

Pero en ese momento la puerta principal se abrió y apareció su hermano Manwë y para acabarla con su esposa Varda.

──Manwë, ¿pensé que llegarías mañana?

── Varda y yo decidimos regresar para acompañarte ── Vio a Sauron y Melkor ── pero veo que no era necesario.

──Nosotros ya estábamos por marcharnos ── respondio Melkor.

──No, no es cierto ── replico Sauron ── porque no tenemos medio de trasporte.

──Y tenías que abrir la boca.

──Pues disculpame pero yo no tengo boca de basurero.

──Al menos yo no tengo ese horrible cabello.

──Pues al menos...

──¡Nada! ── le gritó Melkor ── por fin te gane en una conversación.

──Al menos yo tengo modales.

Ilúvatar, Manwë y Varda observaban a Melkor y a Sauron, discutir. Después de unos minutos Ilúvatar separo a ambos jóvenes y los mando a diferentes habitaciones.

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Mientras tanto Fingolfin conducía de vuelta a Arda, un viaje tranquilo y con una conversación agradable para ambos.

──¿En cuantas semanas cree que regrese?

──No lo sé, pero tal vez lo volvamos a ver para el cumpleaños de nuestro padre.

──¿Cres que lo recuerde?

──Eso es algo que no pasa por alto Fëanor, pero siendo sincero no se que pase en ese ollo negro, que él llama cabeza.

Finarfin soltó una risa ruidosa y después apoyo su cabeza en el hombro de Fingolfin.

Finarfin soltó una risa ruidosa y después apoyo su cabeza en el hombro de Fingolfin

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