Extra: Crónicas de un amor caído (Parte II)

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AQUÍ LLEGÓ LA TAN ANSIADA Y ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN DE ESTA INCREÍBLE HISTORIA. 🎊🎉🎊💥💥💥😎😎😎😎

No saben lo mucho que dudé con el final, si no la reescribí más de tres veces no la hice ninguna😂😂😂😂, no conseguía decidirme😖😖😖, pero finalmente aquí está😌😌😌😌. No quise que durase tanto, pero ya saben que no tengo remedio. 😝😝😝

Solamente quería agradecerles por seguir está historia hasta el final y comentar felizmente cada detalle que les emocionó tanto como a mí, porque me hace increíblemente feliz que lo hagan.🥰🥰🥰😘😘😘

Me gustaría comentarles que tengo ya algunas ideas pensadas para el próximo proyecto, aunque aún no tengo nada decidido, solo puedo decir que esperen.🤓🤓🤔🤔

Bueno, ahora solo puedo decir que disfruten del último capítulo.😝🤩😝🤩

Aunque Eren había logrado recuperar la amistad con Mikasa, no pensaba que todo hubiese vuelto a la normalidad

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Aunque Eren había logrado recuperar la amistad con Mikasa, no pensaba que todo hubiese vuelto a la normalidad. Nunca creyó que fuera posible que la omega lo hubiese perdonado, pero lo que nunca esperó  fue la impactante noticia sobre su hermano. En su momento, cuando lo abandonó creyó que jamás despertaría y que lamentablemente debido a sus deseos egoístas moriría, y que ella lo culparía, pero estaba vivo, y para su sorpresa quería verlo.

Es cierto que habían pasado años, pero por muchos que transcurrieran aún era incapaz de superar a Levi. Creía que si se negaba a pensar en él lo olvidaría con el tiempo, trabajando y ocupando su mente día y noche, pero cuando menos lo esperaba siempre hacía aparición, aún si en ocasiones pensaba que era su castigo. Sin embargo, ese mero recuerdo lo hacía sentir como si una parte de sí mismo estuviera perdida en algún lugar, y en infinidad de ocasiones, ante su mera mención, se sentía impotente e inmóvil, alguien débil y sin energías suficientes, por ese mismo motivo no deseaba encontrarse con él, al punto de que incluso se negara salir a la calle.

- Pues sabes que te digo... Que ojalá te lo encuentres - comentó su hermano cansado de sus intentos de excusas - Quisiste creer que murió, y ahora contrario a estar feliz sólo te escondes y huyes... Dime... ¿Cuándo dejaste de ser tú mismo? - cuestionó con un gesto de tristeza en su rostro, y pese a que Eren quiso contradecirlo, no podía negar la verdad. Después de todo, estaba en lo cierto, ya ni siquiera recordaba la última vez que había mostrado lo que realmente amaba, o a quién amaba y deseaba tener a su lado. Pensó que el mejor modo de evitar propagar esa maldición que cargaba era así, ocultándose del resto, de ese modo aquel fallo no provocaría más daño del recibido.

Ahora ni siquiera era capaz de dormir en paz, pero lo peor venía al despertar cada mañana, atormentado por los recuerdos felices y sintiendo su cuerpo pesado y afebriado. Pero no tenía ni el tiempo ni las energías para darle más importancia de la que realmente tenía.

Como en muchas otras ocasiones Eren ignoró de nuevo su malestar. Sin embargo, pese a ello decidió entrar a una cafetería cercana durante su regreso a casa tras el trabajo. En realidad no tenía el ánimo ni el apetito, pero al ver el lugar sintió unas irrefrenables ganas de acudir, era como si alguien lo empujara a caminar hacia él, y por primera vez en mucho tiempo decidió escuchar a su alter ego y conceder sus deseos.

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