Prologo

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—Amor, ¿quiere dejar de hacer eso? Ya te dije que la sangre no sale de la ropa — dijo Wang Yibo mientras estaba intentando lavar una camisa con una enorme mancha que no salía, la había arrojado en la lavadora sin éxito, y ahora sin éxito estaba intentando quitarla en el lava mano.

—Eres muy dramático — Xiao Zhan lo abrazó por la espalda.

Estaba intentando coquetearle, pero su marido aun seguía furioso con el.

—No te quejas cuando lo hacemos juntos. — El no respondió. — Tengo un lugar que mostrarte, ¿podrías no ser tan malo con tu esposo que te ama tanto?

—No lúgubre.

—No lúgubre, amor. — Lo tomó de la mano y se dieron un tierno beso, Zhan no perdió tiempo hasta llevarlo al auto, Yibo estaba de brazos cruzados, hacia frio y su marido lo condujo a un parque.

No se percató que andaba descalzo, tocaba el césped con los pies cada vez que salía a esos lugares, y comenzaba a andar, parecía un niño que no conocía el mundo, todas las veces era como si fuera la primera vez, y Yibo no se cansaba de eso.

Lo abrazó por la espalda brindándole calor, aunque no sabía si él era quien lo necesitaba.

—¿Ibas a mostrarme algo a mi o simplemente querías salir?

—Quería mostrarte algo a ti. — lo jaló de la mano y llegaron al centro del parque, hacia tanto frio que el agua yacía apunto de congelarse.

—¿Querías mostrarme agua congelada? — no importa lo que quería hacer, Yibo se estaba congelando y si su marido seguía así perdería los pies, Zhan lo abrazo con posesión.

—Tienes bajo calor corporal, ¿sabes cuál es la mejor manera de calentarnos? — sabia a lo que se refería.

—El agua está congelada...

—Me gustaría poder verla.

—No estés bromeando hace mucho frio. — Le pellizcó la nariz.

—¿Cómo que hace mucho frio? ¿se te olvida de donde venimos? — se apartó para rodear la fuente y de inmediato sentarse inclinándose para tocar con sus dedos el agua casi congelada, y de inmediato todo se puso negro.

Se tambaleó y todo lo que pudo sentir es frio bajo sus pies y un disparo a su espalda, seguido de gritos desesperados de muchas personas.

Xiao Zhan tocó el frio concreto con sus desnudos pies, no podía sentir nada por lo que su único apoyo era sus manos sobre la fuente.

—¿Yibo? — tocaba el aire intentando tocar a su esposo pero no solo no respondió, sino que el silencio se hizo presente.

Comenzó a avanzar y en sus pies todo lo que pudo sentir fue algo tibio. Se agachó y las lagrimas no tardaron en aparecer, tocó el cabello de una persona, era tan suave y liso que pudo reconocerlo.

Sus sentidos volvieron dándose cuenta que la persona que amaba yacía tendida en el suelo, con un disparo al costado de la cabeza en un enorme charco de sangre.

—¡No!

Una ambulancia apareció, para Xiao Zhan todo fue demasiado rápido. Su esposo recibió una operación para sacarle la bala, pero calló en un coma profundo.

—Su esposo es muy fuerte... — el medico intentó consolarlo, ante el punto de vista de los presentes era ciego, y estaba en una situación como esa — no se preocupe, él bebe está bien.

Xiao Zhan brinco donde estaba sentado, se puso de pie inmediatamente.

—¡¿Qué dijo?!

—Su esposo esta esperando un bebe... — ahora si Xiao Zhan bajó la cabeza apenado, ¡eso explicaba porque de su sensibilidad para todo! Y así comenzó a reír y a llorar al mismo tiempo, el doctor le dio un espacio.

Pero al cabo de unos segundos apretó los puños con tal fuerza que se hicieron blancos.

Entró a la habitación donde estaba el amor de su vida, encontrándolo dormido y lleno de cables, tocó su vientre y le dio un beso en la frente.

No supo que continuaba llorando hasta que sintió las pesadas gotas caer por sus mejillas. Colocó su mano encima de la de él, estaba fría.

Era su culpa por llevarlo a un lugar que él no quería ir.

—Te juro que pagaran por esto.      

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