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Estaba oscuro, todo lo que alumbraba la habitación era la luz de los monitores.

Xiao Zhan estaba cruzado de brazos, observando el rostro atractivo de su Comandante mientras hacia su trabajo.

—¿Y bien? — le preguntó, sacando otro sonido que no solo teclas.

—La bala que le dispararon a Yibo es especial, quizás ni siquiera el arma la hemos visto antes. ¿recuerdas ese estúpido sonido que hacían los camaleones en Croacia?

—¿Cómo no recordarlo? Nos hacía daño a nosotros cuando a los demás creyeron que estábamos locos.

—Era un imán especial diseñado para nosotros después de tantos intentos fallidos, esta bala es exactamente igual.

—Dime quien la diseñó... — Xiao Zhan estaba irritado, frunció el ceño con cansancio.

—¿Quieres que averigüe algo así? — el comandante parecía irritado.

—Si, ¿le dispararon a uno de tus hombres y todo lo que haces es quejarte? ¿eres Comandante Cifer?

—Podría haber sido cualquiera...

—Dame un puto nombre y yo decidiré si es esa persona o no.

El comandante se quedó viendo la computadora y tecleando de nuevo con el ceño fruncido.

—No deberías de hacer esto, con esa arma eres totalmente ciego, tienes una discapacidad podrían dispararte.

—Para eso te tengo a ti.

—¡Olvídalo! Ya sabes que no me gusta la violencia, prefiero estar detrás de un computador.

—Y lo dice el tipo que acabó con miles de cuarteles generales... — susurró.

—¿Qué dijiste? Estaba detrás de un computador...

—Ji Li tan solo dame un nombre, yo hago el resto.

—Solo es una bala ¿De dónde quieres que saque un nombre?

—¿Sabes qué? Me voy de aquí — Xiao Zhan salió de aquella casa, tenía ganas de pegarle a alguien y todo lo que pudo hacer fue golpear el timón de su auto, el amor de su vida se había ido y la única pista que tenía solo le habían dicho cosas que ya sabía.

Le dieron ganas de llorar, pero no le daría ese gusto a la persona que lo mató de nuevo, y así comenzó a conducir, la ciudad era extremadamente transitada, el sonido que las grandes ciudades producían le hacía sentir calma.

Tenía oídos más agudos de lo normal, su forma de mirarlas era más que eso aunque estuviera ciego.

Podía sentir sus emociones, y eso siempre lo calmaban, el destino de las personas y la diversidad del mundo, aunque le gustaba matar no dejaba de ser humano.

Detuvo su auto, necesitaba levitar un poco y seguir escuchando para no arrancarle la cabeza a alguien.

Pero de repente dejó de sentirlas para solo escucharlas. Sabía lo que eso significaba así que inmediatamente salió del auto, tropezó pero rápidamente se entró a un enorme edificio abandonado.

Su hombro fue ligeramente rosado por alguna bala, en unas milésimas de segundo.

Un paso atrás y todo regresó a la normalidad, volvió a sentir un disparo pero esta vez fue esquivado con mucha facilidad, no importa que tan bueno fuera o si estuviera fuera de su radar de 5 kilómetros si disparaba no iba a poder darle.

Así que ese sujeto volvió a acercarse a ese radio y todo volvió a estar oscuro, Xiao Zhan dio un paso atrás y de nuevo volvió a la normalidad.

Traía una 9 milímetros pero eso no le ayudaría a una distancia tan grande.

Lista NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora