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Había sido una mañana terrible, para la sorpresa de todos, Yibo se movió, había levantado la mano solo y únicamente para después comenzar a convulsionar.

Para la buena suerte de todos Zhan no estaba. Lo estabilizaron claro estaba, pero eso ya se estaba volviendo frecuente.

El coronel Wu Qiao había hablado con los 4 sobre la intromisión, contenido robado para poder hacer superhumanos en todos lados. El mayor inversionista de todos eran los Wen. Y había una serie de otras familias involucradas con este experimento no solo en China sino en todo el extranjero.

Confiados de que le habían disparado a uno en la cabeza comenzaron a experimentar sin saber que el soldado que le dispararon podía ver el futuro. Por lo que el coronel insistía en que Wang se había suicidado, y no fue un asesinato. Quizás nunca lo sepan el porque pero la realidad era esa.

Siempre que sacaba a Zhan de aquella habitación lo encontraba con los ojos rojos, cuando recibió esa información se limpió la nariz, eran ocasiones únicas, dejaba de ser el super soldado que era para convertirse solo en un hombre con los sueños rotos.

—Me quitaron al hombre que amaba solo por un experimento. — Había dicho para irse y no volver.

Y después sucedió eso esa mañana.

—Zhan es un desconsiderado, suele hacer las cosas el solo y no pide nuestra ayuda, los Wen podrían tener a super soldados como ese que se peleó con Ji Li. — El coronel y Yubin se voltearon a ver en aquella oficina.

—Lo que te gusta es asesinar personas, Zhan no necesita tu ayuda. — Le aseguró el coronel.

—¿Por qué lo dice?

—¡Porque es Xiao Zhan! — Hao chasqueó los dientes con enojo.

—¿O es que acaso quiere olvidar lo que pasó en la guerra teniente Wang? — Hao lo fulminó con la mirada.

—Estaba poseído.

—Eran sus habilidades. — Yubin se atrevió a hablar. — Creo que no sabes esto, pero cuando recordamos todo antes de desmayarnos el se las arregló para no desmayarse y matar a todos los camaleones. Creo que protegía a su amante, pero igualmente siempre ha logrado hacer cosas que nosotros no.

Wang HaoXuan se fue con enojo no sabia porque recordaba todo eso mientras iba conduciendo no sabía porque pero el trágico y el aroma a gasolina unos estudiantes pasando tranquilamente, lo hicieron lo hicieron pensar incluso volver a su adolescencia.

Era un adolescente completamente normal, pero la gota que derramó el vaso fue cuando conoció a otro adolescente, uno de ojos claros y de risa encantadora, Xue Yang solía trabajar desde joven, pero siempre se tomaba el tiempo de verlo, para él era el joven más encantador del mundo, se percató que su nombre era Xiao XingChen, todo estaba bien admirando en silencio hasta que logró verlo a los lejos con otro chico.

Al principio pensaba que eran amigos, pero después los vio dándose un beso, quería matarlos a ambos, y decidió que si no sería de él, entonces no sería de nadie.

Era extremadamente difícil encontrar un lugar donde no estuviera transitado, así que se arriesgó.

Acercándose al chico por la espalda, esperando a que el semáforo cambiara de lugar, tenía un cuchillo envuelto debajo de la camisa.

—No te muevas...

—No tengo dinero. Soy bastante pobre. — Le dijo con tranquilidad.

—Camina... — le ordenó, las piernas del joven temblaban pero obedeció. Xue Yang andaba al descubierto, enseñando su rostro por lo que nadie sospechó nada mientras caminaba a la par de el.

Lista NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora