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Zhan recuerda su despedida de soltero, a Hao montando a cualquier mujer sin ningún tipo de pudor ni consideración, Yubin solo observaba, era coqueteado por muchas chicas en ropa interior pero él no ponía atención, llegaron a la conclusión de que al quizás no le gustaban las mujeres.

Ji Li observaba solo tomando vino con ansiedad, no recuerda mucho sobre él, pero si está seguro que se acostó con alguna chica. En cuanto a él recuerda haber tomado y haber intentado acostarse con una de ellas pero por algún motivo no lo logró.

La noche fue confusa pero recuerda haberlo intentado tanto con mujeres como con hombres pero por algún motivo su cuerpo no reaccionó como quería. Cuando supo que nada había funcionado observó la botella, su prometido bien podría haberle echado algo para que su cuerpo no reaccionara con nada para que no se acostara con nadie, incluso si observó la botella siendo destapada por primera vez.

Pero cuando intentó pensar en él, y en la manera en cómo le hacia el amor, estremeciendo, satisfaciéndose, sintiéndose totalmente lleno, o incluso haciéndoselo a él, introduciéndolo de una sola vez, ¡Cuánto le fascinaba! Le fascinaba que él le pidiera piedad por algún error cometido. Y así fue como despertó.

Sin embargo; fue tarde la persona con la cual había quedado se había ido, dándose cuenta que quería hacerle el amor a su prometido, pero si así fuera no sería una despedida de soltero, él dijo que no saldría y le pidió que se divirtiera cuando aceptó casarse con el, esos celos enfermizos desaparecieron.

Pero realmente no podía.

Recuerda su boda, haberse acostado hasta quedar seco, y...

Luego de eso todo sucedió demasiado rápido, el disparo, todas las muertes, los intentos de asesinato hasta que uno de ellos finalmente lo logró.

Zhan se estremeció en la cama y abrió los ojos de golpe, quería sacar todas sus frustraciones pero lo único que pudo sacar fue un jadeo.

Quería que fuera un sueño, pero aún era ciego, y sintió a alguien a su costado. El disparo había sido más real de lo que deseara.

—Me estoy volviendo tan viejo, que sueño con el pasado.

Se dio cuenta que había dormido en un pequeño rincón de una camilla, una donde estaba Yibo, pálido y delgado, con muchísimos cables que lo mantenían convida. Ahora tenía un tubo en la boca que lo ayudaba a respirar.

Se estaba debilitando. Hace apenas 2 semanas no necesitaba eso, pero de repente dejó de poder respirar por su cuenta, y el único motivo por el cual pasaba por todo eso es por él bebe que se formaba.

Zhan aunque pudiera sentir cosas, todavía no aceptaba que él no iba a despertar, pensaba que podía suceder un milagro, que iba abrir los ojos y que iban a volver a cómo eran antes.

Tomó la mano derecha de Yibo y la puso sobre su pecho. Tampoco aceptaba que no le daría un beso nunca más, que no lo acariciaría, ya no le diría palabra sucias, adiós a su sobreprotección, a sus caprichos. Ya no habría peleas, ya nunca le haría el amor.

Observó su cabeza, su cabello castaño comenzaba a nacer nuevamente en tan solo un mes.

Se acercó para tocarlo, recordando algo hace 3 años:

Yibo estaba viéndose en el espejo, sintió demasiada curiosidad viniendo del así que lo encaró.

—¿Qué?

—Me vería bien con el cabello pintado de azul — dijo modelando frente al espejo.

—¡Ni se te ocurra! ¡tu cuerpo es mío y te prohíbo hacer una estupidez como esa! — Yibo hizo un puchero.

—Ni siquiera puedes verme.

Zhan sonrió al recordar eso, era porque le gustaba su cabello natural, le dio un beso en la frente para que sus lágrimas no resistieran más e inundaran sus mejillas.

Se recostó sobre su pecho escuchando el latido tranquilo de su corazón, tomó la camisa de Yibo con fuerza y comenzó a sollozar.

—¿Por qué me dejaste? Yo era quien debía morir. — Era egoísta y lo sabía, pero había cosas que todavía no entendía de esa decisión, lloró y lloró hasta que sus lágrimas se secaron y ya más tranquilo tomó el brazo de Yibo para rodear su propio hombro.

—¿Recuerdas cuando nos conocimos? No fue la mejor impresión del mundo ¿no? Siempre has sido despiadado y yo tenía miedo. Ji Li casi se hace en los pantalones y prefería morir antes de tomar sangre. — Sonrió recordando como discutieron ese asunto, Ji Li era frio pero odiaba que le recordaran cuando era un niño que le asustaba todo.

—¿Recuerdas cuando hicimos el amor por primera vez? De hecho tu no, me obligaste porque te había envenado ese estúpido virus, pero ¿sabes? Quizás jamás nos hubiéramos dicho lo que sentíamos. — Pese a que estaba triste, sonreía, pueda que no hiciera nuevos recuerdos, pero tanta locura la guardaría para siempre en su corazón — ¿Recuerdas cuando me propusiste matrimonio? Todos estaban preocupados, andaba herido y lo único que te interesó fue... tener una vida juntos.

Un escalofrío invadió su espina dorsal, fue exactamente la misma sensación que tuvo después de que le propusiera matrimonio, andaba lastimado y aunque estaba curado pensaba que era producto se su imaginación, cuando estaba bien y supo que era verdad fue el hombre más feliz del mundo aunque jamás lo dijo ni lo demostró.

—¿Recuerdas nuestra boda? ¿Cómo Hao repetía constantemente que esto era una locura? ¿Cómo hicimos el amor como 7 veces en toda la noche de diferentes maneras? No pudimos levantarnos al día siguiente y ninguno de los 2 pudo caminar bien durante 2 días.

Habían dicho que lo volverían hacer en la boda de plata, estaba en negación al saber que eso ya no es posible, tomó la mano de Yibo y entrelazó sus dedos con los de él.

—No te lo dije pero me hubiera gustado tener 2 hijos, reencarnar en un diferente continente, vivir diferentes vidas, pero...

Un nudo de posó sobre su garganta en esos momentos.

—Compartir mi vida... con la misma persona en todas ellas. — Ahora si lo soltó para colocar sus brazos al costado, acariciar su cabeza, darle un beso en la mejilla y ponerse de pie, todavía no había terminado.

—Lo siento amor, aún hay personas en mi lista.  

Lista NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora