O n c e

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Jungkook

—Hermano, hermano ¡Mira, una mariposa!

Exclame señalando aquella mariposa con alas anaranjadas sobre una de las flores bien cuidadas del jardín de mamá.

Un pequeño Hoseok estaba sentado en el pasto leyendo un libro mientras yo me acercaba sigilosamente a la mariposa, pero esta se fue volando dando vueltas por las demás flores hasta que empecé a perseguirla dando saltos para poder atraparla.

Solo faltaba un poco más y...

—¡Ay!

Cuando di un paso adelante distraído con la mariposa, tropecé cayéndome al suelo. Mi hermano al escucharme chillar de dolor corrió apresuradamente hacia mí.

—¡Jungkook! ¿Estás bien? ¿Dónde te heriste?

Hoseok me levanto del suelo y saco el polvo de mi ropa encontrándose con mis dos rodillas raspadas de donde brotaba sangre. Hoseok agrando sus pequeños ojos soltando un jadeo del susto.

—E-espera aquí, voy a traer el botiquín.

Regresando con el botiquín en las manos, se arrodillo y empezó a limpiar la herida lo más cuidadosamente posible con sus manos temblorosas, pero se forzaba a sonreír tratando de mantener la calma como si fuera un niño grande a sus 8 años de vida poniendo toda su concentración en mis heridas.

—Según vi en documentales, se debe aplicar alcohol, entonces es posible que duela, respira hondo ¿Si Jungkook?... ¿Jungkook?

Hoseok me miro el rostro y yo cerré los ojos pero puede ver como este agrando aún más los ojos al encontrar mordiéndome los labios para no llorar, pero mis ojos picaban y no podía evitar que dejaran de salir aunque me los sacara con mis manos.

¡Odio esto, odio todo!

No podía llorar, a mamá no le gusta cuando lloro, ella me odiara si lo hago ¡No, no puedo llorar!

Pero duele tanto...

—Jungkook ¿Qué haces?

—No... Ingh... no duele... Inf... ¡Debo ser fuerte!

Grite volteando la cabeza con los ojos cerrados esperando a sentir el ardor cuando mi hermano me aplique el alcohol. Pero el ardor nunca llego, fue la risa de mi hermano lo que oí y en cuanto abrí mis ojos vi a mi hermano con una sonrisa mientras limpiaba sus lágrimas imaginarias.

—Jungkook, está bien llorar —dijo soltando una carcajada.

—A mamá... no le gusta los niños llorones Inf...

De pronto, mi hermano dejo de reír y frunció el ceño.

—Jungkook, ya te dije que no te acerques a mamá —dijo enojado.

—Pero...

—Ella no es como tú piensas, tal vez a ratos te trata con cariño, pero cuando te ignora y te mira fríamente debes alejarte. Por parecerte a papá ella contigo solo...

—¡P-pero!... Me gusta... cuando mi mamá me sonríe...

Dije bajando cada vez la voz agachando mi cabeza. Hoseok me miro en silencio un buen rato, no me atrevía a ver su expresión, sin embargo sentí una mano sobre mi cabeza.

—Solo no te acerques a ella a menos que estés conmigo o con papá ¿Entendido?

Ante lo dicho asentí con la cabeza con una gran sonrisa. Luego, cuando Hoseok termino de ponerme más de una vendita en mi rodilla con mucha concentración, más de cuando ve la TV, me eché a reír y sonreí.

Asustando a un fantasma | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora