— ¡Maldito bastardo infeliz! ¡Mil veces maldito!—.— ¿Señoríta Rose?—.
Amelia havisham apareció enfrente de Elizabeth.
—¿Que le ocurrió señorita rose—.
— ¡Amelia! —. Se escucho un grito que provenía de la puerta principal.
Arthur caminaba desesperado directo a ambas. El se encontraba demasiado furioso.
— ¿Arthur? ¿que le pasó a tu ropa?—.
Señala a Elizabeth - Está mujer se atrevió a lanzarme la taza de café encima y me lanzó dinero Como si de un pobre me tratara. ¿Planeas aceptar eso? -.
— ¡OYE! ¿te quieres morir?. Me llamaste dama de compañía. Por eso te aventé la maldita taza de café —.
— Eres una bastarda —. Arthur se puso recto.
— ¡Arthur ya basta! —.
Hubo un silencio incómodo por unos minutos. Amelina trataba de contener la situación.
— Vas a fracasar en este negocio querida hermana. No vas a lograr nada asociandote con unos extraños — Se marchó del lugar.
****
— Perdonalo de verdad. El está enojado conmigo y se desquita con todo el mundo —.
— ¿Pero por qué?— pregunte inocente.
— El solo tiene un 10% de la empresa de mi padre y yo tengo todo el poder sobre ella. Padre sabía que El y yo Peleariamos mucho y el tiene un contrato y si el lo incumple ya no podrá ser dueño alemnos de una parte de la cervecería —
pov. ElizabethConforme Amelina me contaba la historia de Arthur, Yo solo pensaba que era un niño mimado más. Pero también un niño que sufrió mucho por el abandono de su madre. El no conoció el amor de madre y toda su vida estuvo odiando a su madre. Por qué ella solo era una simple sirvienta. Amelina decía que Arthur en el fondo era bueno y que solo debía conocer esa parte profunda de el.
¿que podría pasar?***
- ¡QUE!. ¿Cómo se te ocurrió Pedir asilo en este lugar?, en especial al lado del Arthur -.
- ¿que tiene? es un lugar perfecto. No creo que está gente necesité de las 30 habitaciónes ¿o si?-.
- ¿ y nuestra casa?-. Exclamó.
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𝐃𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨 𝐢𝐧𝐦𝐨𝐫𝐭𝐚𝐥
FantasíaArthur Havisham ansiaba poder y riqueza. Tal vez era una cara bonita, pero su codicia era grande, Tal vez llegó a sentir amor pero fue lo más minimo pero poder le hacia perder la cordura. Yo mori injustamente acausa de su avaricia. Pero el recuerdo...