𝟬𝟲 | Dancing Queen

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CAPÍTULO 06

𝐓𝐀𝐄𝐇𝐘𝐔𝐍𝐆 𝐘 𝐍𝐀𝐈𝐀
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Llegó el viernes. Me levanté con los nervios al máximo, puesto que hoy demostraría si mi talento nato puede aportar algo al equipo de danza de la universidad. Me sentía entre confiada e insegura.

La noche anterior me había quedado hasta tarde tratando de repasar toda mi coreografía planeada para pulir algunos pasos, o simplemente quitar algunos para reemplazarlos por otros y así hacer que la coreografía sea dinámica y para nada aburrida. No obstante, comienzo a pensar si esto de que me duelan las piernas por los movimientos bruscos vayan a jugarme en contra más tarde.

Mi historia como bailarina comenzó desde que tengo memoria. Los videos caseros que hacían mis padres cuando yo era bebé, hasta mis propios recuerdos, me dejan en claro que yo nací con esa pasión por la danza. Al principio, todo lo que hacía era nada más que mover los brazos y piernas a la misma vez que mis caderas; pero quién diría que ahora puedo hasta hacer piruetas que complementan mis pasos de baile.

Mis padres, luego de ver que mi gran interés por la danza crecía cada vez más, lo primero que hicieron fue meterme a una academia de ballet. Ellos querían que primero sepa de la danza clásica antes de que pudiese intentar con otros ritmos; y debo de agradecerles mucho a ellos por inscribirme en las clases de ballet, ya que ahí aprendí a hacer mis primeras piruetas con una técnica perfecta. Asimismo, la elegancia y delicadeza que me caracterizan a la hora de bailar también se las debo al ballet.

Luego, cuando ya me había convertido en la mejor bailarina entre las niñas de mi edad —7 años, casi 8—, mis padres me dieron la oportunidad para ingresar a una academia de danza. Aquí había de todo: ballet, hip-hop, jazz, entre otros géneros. Estar ahí fue toda una locura, hice muchos amigos y cree momentos inolvidables.

La academia Footlose también fue como un segundo hogar para mí y mi lugar seguro desde que las discusiones entre mi papá y mi mamá llegaban a atormentarme constantemente. También me sirvió en los momentos en los que me encontraba con bastante estrés acumulado por la escuela; una canción era todo lo que necesitaba para desfogarme y terminar exhausta, pero con la mente un poco más despejada y tranquila.

Ahí también hice algunos amigos que de seguro ahora ya se habrán olvidado de mí puesto que, luego de que me fui, no me he vuelto a contactar con alguien. Algunos dicen que los amigos van y vienen, y que no hay que preocuparnos por eso.

Sin embargo, la mayor felicidad que pude obtener en la academia fue cuando en un concurso de baile nacional del 2014 gané el título de «Miss Solista Nacional»; y eso lo logré teniendo solo 13 años. Mis padres estuvieron muy orgullosos de mí, no dejaban de decírmelo en toda la semana luego de mi triunfo; mis hermanos también me felicitaron, a su manera, pero lo hicieron. No obstante, el año siguiente me preparé para el concurso anual de baile internacional, en donde estaba dispuesta a mejorar el título que había ganado; pero todo se complicó luego de que mi mamá había fallecido y yo me fui de San Francisco con las intenciones de nunca volver.

Sufrí mucho, no sólo por mi madre, sino también por ese título que nunca llegó a ser mío pero que todavía seguía anhelándolo con todas mis ganas. Tiempo después supe que lo mejor es que yo me olvidara de que gané un título importante en el baile; si no me acordaba, pues nunca existió.

Pero bueno, el pasado es el pasado.

Cuando había salido de la casa, Minjoon se despidió de mí deseándome suerte en la audición y Soomin simplemente me abrazó para que me sintiera más segura.

Bad Boy » Kim Taehyung [BTS] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora