˚23˚

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Damon Bonnet

Tenerla sobre mí solo me hacía querer tenerla debajo de mí gimiento mi nombre.

-¿Qué quieres?- ella me ofreció un poco del vino

-Hacerte el amor-

Sentí un golpe de su parte lo que me hacía reírme un poco

La ví como se mordió su labio inferior mientras negaba.

-Emilio esta dormido- levante mis cejas ante su proposicion

-Sabes lo que eso significa- ella asintió – Me estas dejando una puerta abierta la cual posiblemente utilizaré -

-Quiero que la uses- ella se sentó a horcajadas sobre mi para besar mi cuello

Me gustaba esta faceta en donde ella toma la iniciativa, no les mentire, pero soy un hombre al cual le gusta llevar todo a su modo.

La tome de sus mejillas para besarla, era un beso en donde los dos mutuamentes nos mostrabamos como nos deseamos.

Ella comenzó a desabotonar mi camisa.

Sus manos estaban congeladas, sus caderas se movían contra mi pelvis y notaba como sus pies apenas tocaban el suelo.

La tome por sus muslo para mover los platos y sentarla en la mesa. Se que posiblemente tenía un desastre que limpiar después.

Metí mi mano dentro de su pijama tocando cada detalle de su cuerpo.

-Te deseo- la escuche susurrar

Volví a tomarla de sus muslo para llevarla hasta su sofá en donde la recoste.

Ya yo tenía una ereción muy notable y que me molestaba tenerla dentro del pantalón.

En segundos nuestra ropa salió volando por todas partes.

La tenía para mi como nunca antes, era mía como siempre desee.

Con mis manos aprete sus busto para luego bajar y succionar uno de ellos.

La escuchaba gemir y eso me hacia perder la cordura completamente

Ella comenzó a acariciar mi miebro sobre mi pantalon.

-Esto me molesta- la mire como ella me sacaba mi pantalón- Te deseo – susurro antes de bajarme el pantalon junto a mis boxers

-Nena tenemos que ir a tu habitación- intente tapar mi cuerpo con el de ella

-No creo que pueda aguantar- me sorprendí de su deseo en ese momento.

Ella se bajo sus bragas que era lo único que tenía e introdujo mi miembro en su interior.

No pude evitar dejar caer mi peso sobre ella sin lastimarla.

Sentir como nuestros cuerpos se hacian uno era magnifico, es como si todo nuestro ser se combinaran. En definitiva fuimos hechos el uno para el otro.

Mordí su hombro mientras comenzaba a mover mis caderas.

-No hagas ruido por Emilio- ella asintió mientras mordia su labio inferior

Era un vaiven continuo por un buen tiempo.

-Necesito más espacio- la tome de sus muslo para poder ir hasta su habitación

Caminaba aun teniendo mi miembro en su interion.

-Damon- gimio mientras cruzaba sus piernas en mi espalda

Sentí como sus paredes vaginales me apretaron.

-Todavía nena- no me movi tratando de alargar su orgasmo

Mi Hijo | Nuestro HijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora