— ¡PERO SI SON MIS TRES BEBÉS GRANDES! -EXCLAMÓ JUSTIN AL VERNOS ENTRAR POR LA PUERTA.— Justin. -le advertí, mirándole de mala manera.
— ¡Y aquí está mi favorita! -exclamó, corriendo hacia mí y abrazándome.
Escuché la risa de Finney y Robin llenar todo el comedor, mientras que por mi parte gruñí.
— ¡Justin! -le regañé, escuchando su queja mientras me bajaba.
Tras aquello no tardó en abrazar a mis amigos, quienes seguían sonrientes y divertidos por la situación.
A veces odiaba que nos conociéramos desde tanto tiempo y que Justin fuera como nuestro hermano mayor. Aunque bueno, teóricamente era el mío de serie.
Alargué mi vista hacia la mesa, donde había una bolsa llena de drogas.
— ¿Cuánto te ha llegado? -pregunté hacia mi hermano, señalando hacia la mesa con la cabeza.
— Diez quilos.
Abrí la boca ante aquello.
Esperaba que fuera una gran cantidad, pero nunca pensaba que tanto.
La mano de Justin cerró mi boca, mientras se reía de mi y se acercaba a la mesa para terminar de cerrar la bolsa y apartarla de su sitio actual.
Al oír aquel sonido me acordé de algo.
Rápidamente lleve mis manos hacia mi mochila, abriéndola y sacando con cuidado en gran fajo de billetes.
— Dios, si solo le diste tres gramos. -susurró, observando el dinero de mi mano.
Asentí ante aquello, dejando el dinero encima de la mesa.
— ¿Como se llama? -preguntó interesado.
Siempre quería saber los nombres de la gente a quien yo vendía en el colegio.
Me encogí de hombros, arrastrando la silla hacia mi mientras me sentaba.
— No me importa.
Justin arrugó la nariz.
— Oh vamos, Maddison.
— ¿Qué? Solo quería salir conmigo y era demasiado pesado.
Pude sentir como Robin y Finney se sentaban a ambos lados de mí.
— ¿Por eso estabas en el lavabo de hombres?
Al escuchar la voz del primero asentí con la cabeza.
— Oh, vamos Robin. Ese es el lavabo de las princesas como vosotros. -se burló mi hermano a propósito.
— Eres muy gracioso, Jus. -canturreó Finney.
— Lo sé. -se enorgulleció el nombrado.- Oye, ¿os quedáis a cenar?
Rodé los ojos por su tonta pregunta, puesto a que ya empezaba a anochecer.— Para eso han venido, idiota.
— Vale, vale Maddison. No tienes que ser tan mala con tu hermano. -musitó, haciéndose el dolido.- Por cierto, deberéis haceros la cena sin mí. ¿Puedo confiar en vosotros?
— Por supuesto que sí, ¿acaso te crees que quemaremos la casa? -preguntó Robin con un deje de ironía.
— ¿Donde te irás? -quise saber, con gran curiosidad.
— Oh, ya sabes, un comprador. -respondió, sin querer darle mucha importancia.
— ¿Y por qué has de ir tú? Puede venir él. Además, ¿por qué a estas horas? Es peligroso y sospechoso, Justin. -le repliqué.
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DISCONNECTED | The Black Phone
FanfictionThese voices in my head screaming, "Run now", I'm praying that they're human Please understand that I'm trying my hardest My head's a mess but I'm trying regardless • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • Maddison Lohan tenia la...