Chapter 3: Jaws

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LOS TRES SE ENCONTRABAN VIENDO TELEVISIÓN.

Justin guardo el teléfono inalámbrico, entrando a la sala de estar.

— He hablado ya con tu tío Robin, y con tu padre Finn. Os quedareis a dormir esta noche aquí, es peligroso que volváis.

Los tres amigos se sonrieron ante aquello, y no tardaron en chocarse las manos.

Maddison se levantó rápidamente, corriendo hacia la cocina.— Entonces voy a por las patatas.

Justin aprovechó aquello para sentarse en el asiento libre que había dejado su hermana, justo en medio.

Miró la televisión, donde la película Jaws apenas empezaba.

— Oh, adoro esta película. -musitó el mayor, refregándose las manos y dejándose caer en el respaldo del sofá.- ¿Tu quieres verla, Finn?

Aquella pregunta iba referida hacia el chico de pelo corto, pues este era alguien asustadizo y que tras ver ese tipo de películas solía tener pesadillas, razón por la que su padre no le dejaba. Según él era muy cansino despertarse debido a las pesadillas de su hijo.

El nombrado asintió con una sonrisa.

Se sentía valiente cuando estaba junto a ellos, como si todo rastro de temor o intimidación desaparecieran.

La fémina entró por la puerta, montando un escándalo como de costumbre.

— ¡Justin, quítate de mi sitio traidor!

Pero este negó con la cabeza, sin moverse ni un milímetro.

Maddison suspiró, y sin más se acercó a ellos y dejó las bolsas de patatas a un lado, para estirarse encima de los tres presentes.

— De echo, así estoy más cómoda. Gracias, Justin.

El mayor amaba hacer enfadar a su hermana, aunque en un principio siempre parecía que lo había logrado, ella siempre terminaba viendo algo bueno y haciendo rabiar a su hermano.

Finney rió entre dientes, levemente nervioso por la película.

Mientras que Robin se burló del mayor, dejando caer sus brazos en las piernas de Maddison y trazando figuras en estas, causando que la chica se estremeciera y que los tres lo notaran, aunque nadie dijo nada, y la chica les agradeció a todos mentalmente.

[...]

MADDISON SE RIÓ AL VER COMO FINNEY SALTABA EN SU SITIO AL TERMINAR DE VER LA PELÍCULA.

— Oh, tranquilo Finn. -musitó, abrazando al chico por el cuello.

El chico correspondió, escondiendo su cabeza en el hombro de la fémina.

— No voy a volver a ir nunca al barranco. -susurró, negando con la cabeza.

Justin carcajeo, agarrándose el pecho y levantando su cabeza.— Sabes que en el barranco no hay tiburones, ¿no?

Robin ladeó su cabeza hacia el mayor, dándole la completa razón.

— Además, mañana íbamos a ir al barranco Finn.

— Podría haber un caimán. -empezó a decir Finney, llevándose las manos a la cabeza.

Maddison suspiró, girando sobre ella misma hasta salirse de encima de los chicos y caer boca arriba al suelo.

— En los cuatro años que llevamos yendo al barranco no hemos visto nada fuera de lo común. -musitó, mirando al techo.

El mayor de los Lohan se puso de pie en un salto, cogiendo las bolsas de comida ahora vacías.

— Bueno, ya es demasiado tarde. -argumentó del forma indirecta para echarles.

Maddison se puso de pie, y se sentó en el sitio que había dejado su hermano libre.

— Solo quieres que nos vayamos para poner tus películas porno. -canturreó, ganándose la risa de sus dos amigos y una ignorada de parte de su hermano.

Este tan solo camino hacia la cocina para tirar las cosas a la basura.

Tras aquellos los tres se marcharon de allí, subiendo las escaleras.

— ¡Tranquilo hermanito, ahora tienes toda la televisión para ti! ¡Solo no la pongas muy alta!

Tras decir aquello pudo ver cómo salía de la cocina dispuesto a chillarme, por lo que corrió rápidamente hasta acabar de subir las escaleras y entrar a su habitación, tirándose en la cama.

Bostezó, sintiendo los cuerpos de los chicos caer a sus lados también.

— Prometedme una cosa. -empezó, entrelazando sus dedos con los de los otros dos chicos, los cuales se encontraban estirados de forma lateral.- Si os pasará cualquier cosa con el raptor, luchad por vuestra vida...Si a mi me pasara algo, cuidad de Justin, y no dejéis que haga alguna tontería, ya sabéis cómo es.

Su débil voz sonó de una forma floja ante el silencio que reinaba la habitación.

Suspiró, toqueteando sus dedos que se posaban encima de su barriga mientras miraba el techo.

No tardó en sentir unos brazos rodearla, y más tarde otros.

Sonrió de forma leve, abrazando de vuelta a los dos chicos, haciendo un abrazo de tres.

— No digas eso, Maddie. Estaremos bien, ya verás. -susurró Robin.

— Sí. -pudo sentir como Finney asentía con la cabeza.- Además, si él intenta hacer algo vosotros le dejaríais muerto con un solo golpe.

Los tres amigos se rieron ante la ocurrencia del castaño, Maddison simplemente disfrutó de la compañía de ambos chicos, quedándose dormida con ellos abrazándola.

[...]

ROBIN SONRIÓ DE FORMA INCONSCIENTE AL VER A LA MORENA DORMIDA.

Su corazón daba un vuelco al verla de aquella forma, y no pudo evitar mirarla fijamente.

— Te gusta.

Robin alzo la mirada, tan solo para ver a Finney en la misma posición que él, solo que mirando hacia él.

El moreno pudo notar como sus mejillas adquirían la calor que su corazón le brindaba, y no pudo evitar sonreír.

— Solo cállate.

El contrario se rió ante aquella fachada que había debajo de la de chico malo.

Maddison se removió de entre los brazos de ambos chicos, haciendo que uno de ellos se asustara completamente y sintiera como si su alma fuera a salir de su pecho.

— ¿Crees que lo ha escuchado?

Finney negó con la cabeza.

— Tiene el sueño demasiado pesado, tranquilo. He llegado a tardar en despertarla veinte minutos después de las clases de matemáticas.

— ¿Crees que yo le podría gustar?

El castaño abrió la boca indignado, y la volvió a cerrar, para después abrirla de nuevo.

— ¿Estas de coña? Por supuesto, pero es demasiado terca para admitirlo.

Ante aquello a Robin le fue inevitable no pegar un chillido, mientras sonreía como si fuera la persona más feliz del mundo.

Pero la mano de Maddison empujando su cara hizo que quedara mudo.

Pero la mano de Maddison empujando su cara hizo que quedara mudo

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DISCONNECTED | The Black PhoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora