ABRI MIS OJOS LENTAMENTE, TAN SOLO PARA ENCONTRARME LA CAMA VACÍA.
Me levanté con pereza, sentándome en la cama tan solo para observar a dos cuerpos tirados en el suelo, uno a cada lado de la cama.
Chille, saltando de la cama y cayéndome hacia atrás, dándome con la espalda en el suelo.
Ignoré el dolor y levanté la cabeza para mirar a cada lado de la cama, y suspire aliviada al encontrarme con Robin y Finney.
Por un momento había olvidado que se habían quedado en mi casa.
— Creo que vender droga me está empezando a afectar. -murmuré, poniéndome de pie y dirigiéndome hacia el comedor para desayunar.
Me encontré con Justin, quien comía cereales sin mucha relevancia.
Alzó su mirada para mirarme, enseñándome una cálida sonrisa y tendiéndome la caja de cereales.
— ¿Podremos ir a ver el partido de Finney mañana?
— Claro.-asintió, al mismo tiempo que unos dormidos Finney y Robin terminaban de bajar las escaleras.
— Eh, Finn. -le llamé, observando como se sentaba junto a mi hermano.- ¿A que hora es tu partido mañana?
— A las cinco de la tarde. ¿Vendréis?
— Por supuesto que sí. -exclamé.- Deseo ver el duelo de Bruce contra Finney.
— Robin, pasamos a buscarte. -canturreó Justin.- Sin protestas. -ordenó, antes de que el nombrado fuera a negarse a cualquier cosa.
[...]
— ¿SOY YO O ESTA MAS ALTO DE LO HABITUAL?
Nos encontrábamos ya en el pantano. Habíamos dejado nuestras cosas en la roca donde habitualmente dejábamos todo, y ahora nos encontrábamos en ropa interior mirando hacia el gran lago que se abría paso bajo la alta roca en la que estábamos.
— Será porque te da miedo tirarte y encontrarte con un caimán, Finney Blake. -me burlé, dejando escapar una suave risa.
Antes de que pudiera quejarse corrí y salté para lanzarme al vacío, cayendo en picado al agua, la cual me heló durante algunos segundos.
Miré hacia arriba, donde los tres me observaban atentos.
— ¡Vamos princesas, el agua está calentita gracias a mi pis!
Tras aquello no pude llegar a ver sus caras de asco ni lo que hicieron debido a la lejanía, pero sí que pude escuchar algunos quejidos de parte de mi hermano, que por supuesto tenía que chillar.
Nunca admitiría que me sorprendió ver como Robin se tiraba, aunque para ser realista era de quien más me lo esperaba.
Tan solo unos segundos mas tarde, Justin tiro de Finney, ambos lanzándose cogidos de la mano como si fueran a morir, cosa de la que me burlé.
— ¿No se hace raro estar aquí sin cierta pulga? -preguntó Justin, refiriéndose a Gwen.- Algún día podría quedarse en nuestra casa y no en la de Sussie.
— Claro, solo encárgate de no poner a mucho volumen tus películas. -musité con sarcasmo.- No queremos que ella se traume.
En respuesta mi hermano me lanzó agua, y yo como rencorosa persona que soy le lance el doble, empezando una guerra de agua.
Finney estuvo diciendo y suplicando a Justin que no intentará llevar a su hermana al lado oscuro ni nada parecido, exagerando todo por completo.
Mientras que Robin solo se reía de la situación, observando el panorama como si de una película de acción se tratara.
Para ser sincera había echado de menos todo aquello, puesto que hacía meses que no veníamos al barranco debido al frío que hacía.
Jade al sentir algo tirar mi pie, y abrí los ojos debajo del agua tan solo para encontrarme a Robin.
Chasquee la lengua, tirando de él para abrazarle y engancharme a su cuello, cansada de patalear para poder flotar.
— Eres un gran flotador, Robin Hood. -susurré en su oreja, para comprobar cómo se estremecía y sonrojaba levemente.
Me reí por su acción, y él simplemente picoteó mi mejilla como respuesta.
Vi como su vista se dirigió hacia Finney y mi hermano, también pude apreciar como sus ojos se abrían levemente, por lo que hice el amago de centrar mi atención en ellos.
Pero Robin carraspeó rápidamente.
— Te quiero, Maddie.
Ahora fui yo la sorprendida, quien abrió los ojos, solo que por mi parte los abrí enormemente, al contrario que él.
Ni si quiera pude reaccionar cuando nuestras caras se acercaban cada vez más, y nuestras respiraciones se mezclaron, aleteando con agresividad.
El estornudo de Finney resonó por todo el silencioso lago, y volví en mí.
Sentí mi cara volverse igual de roja que la sangre, y la enorme sonrisa de ternura por parte de Robin solo me lo confirmó.
Debido a mi vergüenza repentina solamente pude aferrarme a él y esconder mi cabeza entre el hueco de su cuello y su hombro, sintiendo sus brazos agarrar con más firmeza mi cintura.
Oh dios mío, he estado a nada de besar a Robin.
Y no se porqué mi estúpido corazón no podía dejar de latir con ese ritmo tan poco humano.
Por un momento llegue a pensar que estaba ida, que mi corazón iba a explotar e iba a desencadenar el fin de todos mis órganos y después mi cuerpo.
Pude atisbar por el rabillo de mi ojo como mi hermano le daba un colleja poco disimulada a Finney, quien simplemente sonrió con inocencia con los ojos bien abiertos.
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