DISCONNECTED | The Black Phone

Chapter 16: Mama, ohh

— MADDISON, NO TE RINDAS.

Las lágrimas siguieron empujando por mi cara, mientras que mis temblores empezaron a disminuir.

— ¿Co-como puedo estar hablando contigo? Tu estabas mu-muerta.

— Lo sigo estando.

Fruncí el ceño ante aquello.

Desde luego que estaba perdiendo la cabeza encerrada en aquel sitio.

Tal vez ya estaba muerta, tal vez por eso pude hablar con los demás y ahora con mi madre.

— Mamá, ¿esto no es real verdad?

— Por supuesto que no es real, Maddison. Está todo en tu cabeza.

Tragué saliva ante aquellas palabras, por supuesto que aquello no era real.

El estar encerrada allí solo estaba acabando con la poca cordura que aún me quedaba.

— Tienes que luchar, Maddison.

Negué con la cabeza, de nuevo con mis ojos volviendo a picar.

Si Justin me llegada a ver diría que soy una bebe llorona.

— No puedo hacer más, mama. No quiero morir. Estoy cansada. ¿Alguna vez seré libre?

— Lo serás, cariño, puedo verlo.

Fruncí el ceño ante aquello, descansando mi cabeza en la pared mientras mis ojos se posaban en el cielo oscuro de la ventana, donde estrellas brillantes se podían ver.

— Dime que más ves, ¿o a caso ya he perdido la cabeza?

— La perderás cuando tus pensamientos sean más fuertes que tu razonamiento. El raptor está viniendo a por ti, Maddison, deberás luchar, enfrenta tus miedos.

Golpee con mi mano derecha el suelo, llena de rabia en mi interior, ahora llorando con lágrimas de impotencia.

— ¡Estoy haciendo todo lo que puedo!

— Utiliza está irá contra él. Tal vez sea más fuerte que tú, pero tú eres más inteligente, demuéstralo.

Tras decir aquello tan solo escuche silencio, por lo que supuse que me había colgado, y no tardé en apartar mi mano del teléfono para dejarlo colgando.

Con fuerzas me levante, dándome cuenta de que hablar con mamá me había ayudado.

[...]

JUSTIN COGIÓ EL TELÉFONO, EL CUAL LLEVABA TRES MINUTOS SONANDO.

— ¿Diga?

Su voz sonaba ronca, llevaba varios días sin dormir y las ojeras parecían denominar su rostro.

— Justin, he soñado con la casa donde creo que está Mads.

El moreno abrió la boca sorprendido, con sus ojos al igual como platos.

— ¿¡De verdad!?

Gwen asintió desde la otra línea.

— Sí, la policía ya va en camino.

Los ojos de Justin se entrecerraron, y sin poder evitarlo arrugó su nariz.

— ¿Has llamado a la policía antes que a mí?

— ¿Debería llamarte antes a ti si averiguo la casa de un asesino?

El contrario movió sus manos espontáneamente, y aunque Gwen no lo pudiera ver ya se lo imaginaba.