29: Gris

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Estaba preparada mentalmente para enfrentarme a mi nueva vida. Estoy en una ciudad perdida en medio de un gran bosque, hospedada en una casa grande y linda, con habitantes amables y letales. Cerca de un conjunto de edificios cuya función es servir para proteger a ciertas personas de la tierra. Es una fantasía de acción.

—Pilar ya llegaron a buscarte —mi mejor amiga entra a mi habitación con un delantal que dice "La mejor cocinera del continente"— huele extraño, metiste a un muerto en esos cartuchos negros —comenta con burla— dime ¿Estás nerviosa por ser golpeada hoy?

—Estoy nerviosa porque en esos cartuchos está mi sentido de la realidad —respondí con sequedad.

—Ese sentido ya murió amiga, hace unos meses. Apúrate por favor, no quiero tener la necesidad de escuchar a Uriel tocar de modo exagerado el claxon.

Agarre los cartuchos con los elementos quemados de ayer en la noche y me dirigí hacía el carro. —¿Por qué traes basura? —pregunta el pelinegro.

Le ignoré y me acomodé en el auto, inhale y exhale. Luego le responderé. Arrancó el auto, vamos rumbo a uno de los edificios de la entrada, según lo poco que sé ahí solo se encargan del armamento y entrenamiento. Es mucho más rápido ir en auto, quizás unos 20 minutos.

El sol traspasa las ventanas, y puedo escuchar a los pájaros cantar, suenan más alegres que en donde vivía antes, incluso puedo decir con sinceridad que en este sitio toda la naturaleza parece estar más viva. Y las personas cuidan el ambiente. Tengo entendido que en la escuela les enseñan. Otro dato es que en los supermercados hay muy poca comida proveniente de animales, no tienen variedades, me arriesgo a decir que no comen comida chatarra, ya que es imposible conseguir aquí. Es mas, nuestro vecino y muchos alrededor cultivan alimentos, y suelen compartir. Prácticamente son autosuficientes en todo.

Tienen otra mentalidad, nadie compite por tener la verdura más grande, jugosa o sabrosa de la zona. Nadie trabaja ocho horas más los extra para pagar la casa, alquiler, carro o universidad. Aquí construyes tu casa cuando inicias una nueva familia o porque quieres independizarte, entonces aquellos que saben de construcción te ayudan ¿por qué? porque les gusta. Eso si, debe ser un lugar que no moleste a nadie, no interfiera en la naturaleza completamente, es decir, si en el sitio hay un árbol con animales que viven ahí, debes respetarlos y buscar otro lugar. No hay egoísmo, no hay avaricia, no hay envidia, no hay maldad. Y no es porque sean muy inocentes, conocen las cosas malas de la vida, ellos han trabajado en el exterior, pero vieron nuestros errores y evolucionaron. Nadie tiene necesidades aquí, se apoyan mutuamente, crecen juntos.

Extraño, muy extraño, pero interesante.

Nos estacionamos en el aparcamiento del edificio, es muy transitado, Uriel saludo a varias personas alrededor, carros entran y salen, hombres y mujeres…

—¿Por qué nunca tuve una agente mujer? Siempre fueron hombres.

—No se dió. —responde mientras entramos a un ascensor.

—Es extraño, y ¿por qué no hay líderes mujeres?

—Tampoco se dió.

—Estoy empezando a creer otras cosas…

—Borrarlas de tu cabeza es lo mejor, antes de nosotros si habían líderes mujeres, siempre lo han habido, Lina es una, pero de otra Sede. —El ascensor se abrió y me guío hacía un salón, tenía zonas amplias con unas colchas que no parecían ser suaves— Mila era una, pero rechazó ser Jefa de los líderes. Que en nuestra generación no tengamos mujeres líderes, no significa que sean poco valoradas.

Tenía grandes ventanas y espejos que cubrían las paredes alrededor, supongo que para ver cuando me saquen un diente. Desde aquí puedo ver a los agentes moverse de un lado al otro, unos en auto y otros caminando, parece un entorno militar.

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