11: Volvió Felipe

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Sé que ha de ser una sorpresa para él, pero mi nueva y sorprendente amiga, esta en deuda con ese chico, y haré lo que sea necesario por ella.

Me sorprende hablar así, y me enorgullece. No soy de preocuparme a profundidad, ni comprometerme emocionalmente con alguien que no pertenezca a mi familia. Paula ha llegado a mi vida de forma abrupta al igual que Uriel, el problema de comparar a ambos lazos es la despedida. El sentimiento de vacío no lo siento precisamente con ella.

Cuando Uriel se levanta de la silla tomando su plato y el mío, me saco de mis pensamientos. Comprendí algo rápidamente. Me ignoró, es un grosero.

—Simplemente, pretendo ser educada y él... me agrada. —Miento, esta nueva Pilar, me sorprende.

—Chicas, hoy lavo los platos. —Les avisa a Emily y Darcy, mientras abre la pluma. ¿Por qué me hace esto? Obstaculiza mi plan.

—El clima ha estado enfermando a muchas personas ¿sabes? Conozco muchas recetas naturales para ello. —No se porque se me ocurrió una idea tan... absurda. —Si Jacob se resfría o tiene gripe, puede contactarme.

Cierra la pluma y antes de irse por el pasillo hacia su habitación me da una mirada de molestia. Ah, ahora soy una carga para él.

—¿Así me verás siempre? Eso me lastima. —Miento elevando mi voz porque el muy... tonto me sigue ignorando. Al cerrar la puerta de su habitación reconozco que soy un asco.

Resignada, me dedico a hacer algunas tareas. Él no va a hablar, sabe que algo tramo, pero si se lo digo va a tener la misma reacción que yo tuve cuando Paula me hablo de su plan y el por qué.

¿Qué haré? Estoy en blanco...

Tocan mi puerta.

¿Y si es Uriel? ¿Será que...me dará el número de Jacob...? Me levanto tan velozmente que golpeo mi dedo pequeño del pie con el escritorio, maldición. Guardo un grito frustrante, hago mis ejercicios de respiración. Y abro la puerta para encontrarme con...

—Sí, pensaste que sería él, pero lo siento, ya se va. Lo llamaron y ya sabes lo que sucede cuando le llaman. —No oculto mi cara de decepción plena. —¿Uriel nos puede llevar a la casa de Liam? Erick nos recogerá... por favor.

—No Darcy, están castigadas. —Si me insiste un poco más le diré que sí. Me quitaré este pantalón que me produce calor y cuando se vayan, veré la teoría del big bang en la sala comiendo unas palomitas de maíz. Será un momento solo para mí. Sin la música estridente de ambas en la sala o en su habitación. Será una excelente tarde y noche.

—Y te conseguiré él numero de Jacob. —Me sonríe... de forma... diabólica. Hum escuchó nuestra conversación. No existe privacidad en estas paredes...

—No, ve y pórtate bien. Me llamas antes de avisarle a Erick. —Digo directamente. Jamás incluiría a Emily o a Darcy en mis planes. Las quiero al margen, no importa cuanta información pueda obtener de las dos pequeñas terremotos.

—Eres la mejor, ¿enserio no quieres que... —Se emociona y a su vez se queda perpleja.

—No lo quiero, ahora ve antes de que me arrepienta. —Señalo con movimiento de cabeza en dirección a la puerta para que se vaya. Me abraza y da un beso. Pues la jovencita ya estaba perfectamente vestida. No dudo que Emily este en el auto.

Sabían que les daría el sí. Me falta rectitud.

Al cerrar la puerta, ni siquiera me fijo en la ventana. Me quito los pantalones, los tiro en el suelo y camino directo a la cocina. Gente, este es como mi día de excesos. No estoy desnuda, pero es cómodo. Me siento libre. Pongo música, y preparo un batido de frutas. Sí, comeré palomitas de maíz con batido de frutas, extraño, poco común, pero nunca me ha dado diarrea o algo similar a ello...

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