Mi Error (Yoontae)

Capítulo 20

No puede pedir perdón.

No sabe como hacerlo.

No cuando pasó toda la noche esperando que su omega regrese pero este nunca apareció, ni al día siguiente, ni al siguiente.

Yoongi empezó a desesperarse por saber que sucedía con el bonito omega de sonrisa cuadrada pero no logro saber nada.

Por más que lo buscó en la casa de sus amigos no lo encuentra, lo buscó en la casa de jin y no estaba, al parecer este tampoco sabe que sucedió con el menor, lo buscó donde hoseok pero ya ni siquiera le habla, por más que le ruega decirle su paradero nunca lo logra.

Está tan desesperado que incluso lo buscó en la casa del modelo, el novio de jimin pero este lo único que hizo fue darle una buena paliza cuando le dijo que su omega cacheton y rebelde se robó su pareja, lo sacaron a patadas mientras ese alfa se empezaba a transformar del enojo por haberse expresado de esa manera.

Lo que más le dolió fue cuando se quedó la primera noche esperando fuera de la casa donde los omegas menores vivían, creyó que en algún momento jimin iba a salir o incluso su omega pero jamás lo hicieron.

Con una señal de alerta se acercó hasta esa casa cuando temió lo más terrible al ver todas las luces apagadas, se acercó hasta la ventana y fue imposible no llorar al ver la casa vacía.

Ese omega rubio se llevó su omega de hermosos rizos.

Lloró y gritó en el auto maldiciendose él mismo por todo lo que sucedía, se recrimina haber lastimado tanto su vida, haberlo lastimado tanto que comprende el motivo con el que jimin se lo llevó.

Ya pasó dos semanas enteras sin saber su paradero, incluso no siente su presencia en el lazo y lo necesita.

Esta tan arrepentido que necesita pedirle perdón de rodillas, si le toca pedirle perdón mil veces, lo hará, si el omega desea alejarse de él, entenderá, si el omega lo manda a la mierda y no quiere volver a saber de su presencia en su vida, lo comprenderá pero tiene claro que sea cual sea la decisión del menor, él jamás va a romper su lazo.

Seca sus lágrimas viendo el deplorable estado que se encuentra tanto él como su departamento, su madre tenía razón, vive en una cueva.

Quiere hacer algo pero tiene miedo, desea entrar a la habitación del menor.

Toma otra cucharada del pastel con dos lobos que se le hizo costumbre comprarlo estos días para ahogar sus penas mientras llora en silencio maldiciendose una y otra vez mientras observa la decoración del pastel.

Se levanta caminando como zombie seguramente huele horrible por no haberse bañado estos días, al llegar a la habitación el alfa la observa sin poder abrir la puerta, coloca la cabeza en esta dando un profundo respiro para llenarse de valor.

"Eres un poco hombre" gruñe su alfa.

Siempre que aparece es solo para insultarlo.

— Lo sé — susurra.

Con mucha lentitud la abre y a su nariz llega una fuerte ola del aroma del menor que le llena el pecho haciendo que su alfa busque más ese olor.

Tal como lo pensaba, sus cosas siguen intactas, camina por todo el lugar observando cada pequeño detalle, su corazón esta lleno de tristeza y culpa al darse cuenta que este lugar era el refugio para su omega.

Siempre fue un verdugo.

Sus ropas siguen intactas, se acerca a la cama sosteniendo la almohada llenando sus pulmones del delicioso olor que está impregnado en todo el lugar, principalmente en su nido, algo llama su atención, su abrigo, su omega tenía ese buso que tantos días lo buscaba y ya daba por perdido.