Capitulo 3: Rosa pastel

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—¿Fyodor Dostoyevski?—Pregunto.

—Si.

—Un profesor te recomendó, me dijo que eres unos de los mejores alumnos y que te podría preguntar algunas cosas—Dijo con un poco de pena el castaño.

—¿En qué necesitas mi ayuda?—Preguntó de manera amable—Después de todo soy solo un estudiante de primer año, dudo mucho que te pueda ser de ayuda—Humildad, algo que el en realidad no tenía pero tenía que aparentar.

—Queria... Quería que revisaras mi escrito y me dieras tu opinión—Respondió con algo de vergüenza.

—Oh, claro—El en realidad no tendría problema con eso—¿Me podrías decir tu nombre?

—Dazai Osamu un placer—Se presento una sonrisa.

—Eres el chico que me estaba viendo la otra vez...—Susurro al notar el cabello castaño y mirada de este.

—¿La otra vez?—Pregunto, el sabía a qué se refería exactamente, pero obviamente no lo diría—¡Ah, ya! Lo siento mucho, es que ese día estaba en mi viaje ancestral pensando en que escribir y solo me quedé mirando a un punto fijo, lo siento si te incomode— Mintió, después de todo para el eso era fácil.

Aparentar ser sociable cuando en realidad no lo eran. Ambos, ambos era algo que sabían hacer a la perfección.

Había hablado un rato con ese chico hasta que ya iba hacer las horas de sus clases. Volvió a su casillero y encontró otra.

“Solo un beso, yo te amo como un alcohólico ama a su vicio”

Arrugó la nota y la tiro en la papelera más cercana.

¿Por qué siempre le llegaban notas? ¿No era obvio que no estaba interesado? El no quería nada, ni una amistad o algo romántico con esa persona. ¿Esa persona no se cansaba de ver cómo siempre el botana lo que le regalaba?

Agarró sus cosas y camino más rápido, estaba vez sintiéndose observado. Aunque esto también se había vuelto común no significaba que se tenía que acostumbrar.

Algo que empezó como inofensivo se estaba volviendo una molestia para el. El solo pensó que esas notas pararán   a las dos semanas, así había predicho el, pero no, ya iban un mes y medio.

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