Capitulo 17: Placer

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Piel delicada, facciones perfectas y un cabello envidiable.

Era solamente inigualable, sin desperfecto alguno.

Una manzana esperando ser tomada, ya sea por la fuerza o no. La fruta es mejor arrancarla del árbol que esperar que se caiga.

Lo seguía besando apasionadamente. Tenía sus manos en los mechones del pelí-negro obligando lo a qué seguiría con el, con ese contacto tan necesita que estaba teniendo.

Desató la cuerda del tubo del armario y saco a el mayor de ahí. Sin cortar el beso lo llevo a la cama en donde lo tiró de manera algo brusca.

El también se monto en la cama y siguió besando lo.

Separando se con lentitud para apreciar la respiración agitada del contrario. Sus labios entre abierto e hinchados. Haciendo que el lo desee aún más. Lágrimas tomaban camino por esa piel pálida y pequeñas suplicas se escuchaban por lo bajo.

Paso su lengua por la mejilla del pelí-negro mientras sonreía. Luego limpio las lágrimas y paso a besar el cuello del ruso.

—Para, por favor. No quiero.

—Lo siento— Se detuvo en seco al escuchar esas palabras ¿Que estaba haciendo? O ¿Por qué se detenía?—Yo...—No encontraba palabras para justificarse, ¿Pero tenía que hacerlo? El había echo cosas por Fyodor por lo tanto  sería injusto que se negara a esta solo necesidad que estaba sintiendo—Yo en verdad necesito esto—Termino la oración. El pecho del contrario subía y bajaba con rapidez para recuperar el aire, su corazón hacia unos dulces sonidos a un ritmo más rápido de lo usual y eso le gustaba tanto.

Muchas cosas pasaban por su mente , pero... Ver a Fyodor de esta manera ocupo todos sus pensamientos.

Volvió a forzar el beso entre ambos, mordisqueando los labios del pelí-negro para que le diera paso.

Las manos aún atadas del contrario trataban de apartarlo y sus pies le daban ligeros golpes para que se alejara. Pero el no lo haría, no quería hacerlo.

—Vamos hacerlo—Informo el castaño tratando de regular su respiración.

—No, claro que no!

—No era pregunta, Fyodor.

—Dijiste que no lo harías sin mi consentimiento—Le recordó en un intento de detenerlo.

—Cambio de planes.

Dejo una mano del pelí-negro libre y la otra la ato a la cabecera de la cama.

Dejo chupetón tras chupetón. Así, indicando que el era su dueño, el era el único con derecho a esto. Nadie más podrá tener este placer aparte de el.

Aún se escuchaban quejas y súplicas para que se detuviera ¿Lo haría? No, ya había llegado lo suficientemente lejos como para detenerse.

Jugo y exploró el cuerpo del ojos lila, hundiéndose en ese placentero momento.

No sabe en qué momento se había quitado su ropa, pero no importaba.

—¡Ah!—Una queja junto a un gemido salieron de su garganta. El castaño entraban en el demasiado rápido sin darle tiempo a acostumbrarse a esa intromisión. A pesar que Dazai lo había preparado, la primera vez siempre dolía, siempre pensó que su primer vez sería placentera e inolvidable. Claro que esto sería inolvidable—Por favor detente—Pidio mientras lágrimas caían por sus ojos. Esto no era placentero, no lo estaba disfrutando. Le dolía, claro que le dolía, tanto físicamente y mentalmente.

—Me deje llevar—Se disculpo y se detuvo. Esperando unos segundos para que Fyodor se pudiera acostumbrar. El quería seguir, quería hacerle saber a el peli-negro a quien pertenecía.

Se sentía en el mismo cielo ahora mismo. Nunca imagino que esté se sentiría tan pero tan bien. Las paredes del contrario lo apretaban de una manera tan exquisita y no pudo evitar moverse para buscar más contacto.

Aún salían quejas de la boca del ruso. Pero esas quejas y lamentos eran tan deliciosa para sus oídos, quería oír más de ellas más y más.

—Dazai...— Su nombre fue dicho entre una queja de dolor, lo cual hizo qué sintiera una corriente eléctrica por todo su cuerpo.

—Me encanta como se escucha mi nombre en ese tono—Dijo con la voz ronca por la excitación qué sentía—Quiero volver a escuchar qué me llamas así—Ordeno para dar una fuerte estocada.

—Ah...—Se quejo. ¿Por qué mierda este sufrimiento parecía eterno?—Dazai...— Después de decir el nombre sintió como el castaño aceleraba sus paso dándole paso a más dolor.

—Me encantas—Dijo. Llevo unas de sus manos a una de las del ruso, la acaricio desde el codo hasta la muñeca, dando suaves caricias en círculos en ese lugar, luego extendió su palma sobre la del pelí-negro y entrelazo sus dedos—Eres perfecto en cada sentido. Me alegro qué me pertenezcas solo a mí.

El sentía su respiración más rápida y entrecortada. No le gustaba lo que sentía, para nada. Solo quería que Dazai terminara y lo dejara en paz. Una idea vino a su mente, si estimulaba más a el castaño se correría más rápido.

Entrelazo sus piernas en la cintura del castaño.

—Dazai... Más, me gusta—Gimió  fingiendo placer, movió sus caderas y sintió como el castaño se estremeció por eso.
Empezó a mover sus caderas al compás de las embestidas del contrario. Gimiendo fuerte y claro para hacerle sentir más placer a el menor—Ah, me encanta—
Y efectivamente a los momentos dazai se había venido.

Una noche inolvidable para los dos.

Después que se vino, salió de adentro del peli-negro y dejo un beso en sus labios, estaba vez con delicadeza y ternura de por medio.

—Voy a limpiarnos—Informo besando la frente del ojos lila. Noto de reojo las maltratadas muñecas del ruso y sintió algo de culpa.

Se fue de la habitación dejando a Fyodor aún atado a la cama.

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