Capitulo 15: Verdad

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No había tomado o comido algo desde el festival y no sabe hace cuántas horas fue eso. Es mas no había visto a Dazai desde lo del beso.

Tenía hambre, sed y frío. La sabana no servía para calentarse las puertas estaban cerradas y las gavetas de las mesas de noche no había nada.

Lo único que quedaba era estar en aquella cama tratando de calentarse a si mismo, lo cual no estaba funcionando. ¿Le costaba tanto a el castaño darle una ropa más abrigada?

Se levantó y sintió un breve mareo, algo normal en el en realidad. Solo lo ignoro y fue hacia la puerta por lo cual el castaño había salido.

¿Llamaría a Dazai? Iba a tocar la puerta pero ¿En serio lo haría? Alejo su mano y volvió a la cama. No quería pedirle nada, Dazai no lo iba a dejar morir de eso estaba seguro.

Tocó la herida en su mejilla, no era profunda y no dejaria marca, por lo tanto el contrario no quería que hubiera marca en su piel. Además las marcas que había dejado las cuerdas eran muy leves y al parecer le habían echado algun tipo de crema.

Volvió a recorrer la habitación para tratar de olvidar todo. Distraerse del aquí y ahora.

Registro de nuevo todo para ver si se le ocurría algo para poder abrir la puerta.

Abrió el armario encontrándose vacío a excepción de unos ganchos para ropa, no los había notado antes. Se estiro para agarrar uno y lo examinó eran finos, pero lamentablemente no los suficientes para forzar la puerta.

—Ah—Suspiro con pesadez, reviso más el armario pero todos eran iguales y esos ganchos eran las únicas cosas que había en el armario.

Ahora fue por la mesitas de noche, pero lo único que encontró fue polvo.

Se volvió a tirar en el colchón cerrando sus ojos para tratar de dormir, para olvidar lo que estaba pasando, para no sentir lo que estaba sintiendo.

El frío no lo dejaba descansar. La oración frío hasta los huesos... Eso era lo que el estaba sintiendo. Su manos y pies estaban heladas.

Estaba acostado en posición fetal tratando de entrar en calor con la sabana encima. Maldecía por lo bajo.

La puerta se abrió así que supuso que era Dazai.

— Te traje un poco de comida—Informo volviendo a cerrar la puerta tras de el.

Saco su cabeza de abajo de la sabana para poder ver mejor a el contrario. Y efectivamente traía una bandeja a la cual lo único que pudo diferenciar fue un vaso de agua.

—Supuse que tenías hambre así que te traje algo para comer—Se acomodo en la cama con la bandeja en las manos.

—No lo quiero—Tenia hambre, para que negarlo. Pero simplemente no quería aceptar la comida que le había traído el castaño, pudiera tener algo.

—Tienes que comer.

—No voy a comer nada.

—Ya te lo había dicho antes, solo hay dos opciones, las buenos o las malas y créeme que no querrás saber cuáles son las malas—Le recordó el castaño a el mayor.

Salió completamente de abajo de la sabana con una mirada neutral. Agarró el vaso de agua y tomo un poco.

—Se que tienes hambre y sed. No hagas como si no quisieras comer—Dijo agarrando el tenedor y pico un trozo de tocino—A ver, di Aaah—Pidio extendiendo el cubierto con la comida a la boca del contrario.

El apretó su agarre en el vaso sin entender esto—¿Por qué...

—No quiero lastimarte a menos que sea necesario, además las únicas expresiones tuyas que me han gustado son solo dos y no esta con verte con lágrimas en los ojos... Tal vez porque aún no te he visto así—Explico—Pero ahora estoy interesado en que comas.

—Puedo comer solo—Susurro.

— No veo nada de malo en qué yo te de la comida, además siempre quise hacer esto con mi pareja—Ignoro las palabras del contrario y siguió con el tenedor extendió esperando a el peli-negro.

—¿Pareja?—Esta desconcertado por las palabras dichas del contrario.

—Sip, pareja—Confirmo con una sonrisa.

—Claro que no somos pareja—Negó de inmediato—Ya te dije que yo no sentía nada por ti

—Bueno, yo si te considero mi pareja por lo tanto eres mío y yo soy tuyo. Tengo la obligación de cuidarte y tu a mí—Explico con ojos inocentes—De consolarnos mutuamente y apoyarnos en cualquier momento—Agarro la mano del pelí-negro con una sonrisa genuina— De amarnos y hacernos compañía para que ninguno de los dos este solo nuevamente.

El se quedó quieto escuchando las palabras del contrario. ¿Por qué solo no había tratado de inciar una relación normal en vez de hacer esto?

Bajo la mirada. El castaño le había contado que sus padres lo habían abandonado.

—Solo...No quiero volver a estar solo—Había  dejado la bandeja de lado y abrazo a Fyodor de manera fuerte. Cómo si tuviera miedo de que desaparecería en cualquier momento—No quiero volver a estar solo, fyo. Por favor—Empezo a llorar en el hombro del mayor—Por favor—Pidio entre lágrimas.

—Eres muy bueno actuando, Dazai—Dijo dándole unas palmadas en la espalda.

—¡No estoy actuando!—Se quejo limpiando se las lágrimas.

—Quieres hacerme sentir culpable para sentir la obligación de quedarme a tu lado y cuidarte.

—Claro que no—Estaba a punto de volver a llorar—Solo te estaba diciendo la verdad, no estoy tratando de manipularte—Agarro las manos del contrario entre las suyas—Lo que te estoy diciendo es verdad...

—Claro que no.

—¿Por qué piensas que te estoy manipulando? Solo te estoy diciendo lo que siento y pienso, Fyodor. No todo lo que haga tiene que ser en tu contra. Tienes que recordar que te amo ya ye no quiero lastimarte.

El solo desvió la mirada mientras que el contrario lo volvía abrazar.

Tal vez el castaño tenía razón y no tenía que recibir todo como un ataque hacia el. Tal vez el menor solo se estaba abriendo de verdad y el solo estaba exagerado.

Abrazo de vuelta a Dazai consiguiendo un poco de calor en el cuerpo del contrario. El cuerpo del castaño era cálido.

Lo que el peli-negro no vio fue una sonrisa que se formó en los labios de Dazai.

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