Capitulo 4: Alguien que me escuche

204 30 0
                                    

—¡Fyodor!—Lo llamo a la distancia, era el chico de la otra vez.

El estaba sentado abajo de un árbol leyendo tranquilamente mientras comía unos aperitivos.

El solo miro a el castaño, no estaba de ganas de estar con personas.¿Por qué siempre lo buscaba? Ya le había hecho el favor de leer lo que había escrito y le dio su opinión al respecto, ya no tenían nada que ver.

—Me preguntaba si querías jugar ajedrez conmigo—Se acercó más el peli-negro—Es que te vi solo y parecías... Alguien miserable sin amigos asi que vine...

—Ok—Se reía ofendido—Tengo sentimientos, ¿Sabes? Además estoy solo porque quiero no porque no tengo amigos—Aclaro.

—¿Entonces si quieres jugar?

—Claro que no jugaré, voy a preferir quedarme en 'Mi miseria' solo leyendo, gracias—El semblante tímido y avergonzado de Dazai había desaparecido a los tres encuentros, según el habían agarró confianza. Será solo el castaño, el no confiaba para nada en el.

—Tienes miedo a perder, es obvio.

—No creas que la manipulación barata funcionará conmigo.

—No se, eres inteligente, analizas las cosas y sabes que va a pasar. Por eso ya sabes que perderás—Se agachó y quedó a la altura del contrario. Con una sonrisa superior—Por eso no quieres jugar.

Así había terminado jugando ajedrez con el castaño.

Una partida bastante reñida. Fue más interesante de lo que creyó. Termino ganando, aunque tenía claro que el castaño lo dejo, era obvio que iba a terminar en empate pero el contrario había hecho un movimiento descuidando 'Sin culpa'

Fue de nuevo a sus clases, están vez no paso por su casillero. No quería pasar por ahí, sabía que abría otra nota y el no quería leerla.

Su teléfono vibró, era un mensaje. Saco su teléfono del bolsillo y vio que era un número desconocido.

“No pasaste por tu casillero ¿Por qué? ¿Acaso tengo que ser un poco más creativo para ganar tu atención? ¿Darte notas con mi sangre no es suficiente?”

Miro su teléfono con asco. Bloqueo inmediatamente ese número.

Siguió su camino. Otra vez sentía que lo observaban. Ya no podía más ¿Se lo contaba a alguien?

Obsesión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora