Capitulo 21: Escape

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Estaba sentado en el borde de la cama, mirando a un punto muerto. Pensaba en todo pero en nada a la vez. Un extraño sentimiento.

Estaba solo en la habitación. El castaño se había ido dejándolo solo otra vez.

Se levantó y fue a el baño.

Quería quitarse cualquier rastro de Dazai de su cuerpo. Sudor, saliva y semen. Era asqueroso, simplemente repugnante.

Pero mañana.

Mañana podría dejar esto atrás.

Si sus cálculos no fallaban, mañana el castaño tendría universidad. Tendría seis horas para escapar, para desaparecer de la ciudad.

El agua caía por su cuerpo. Era relajante.

Cerro sus ojos.

Había dejado dinero en su departamento. Pero el problema era buscar las llaves que había dejado en sus ropas hace ¿Semanas? O ¿Meses? Bueno, mañana lo sabría.

Tenia una hora para buscar las lleves y vestirse. Otra para llegar a su departamento y arreglar las cosas necesarias, el resto sería escapar ¿Para donde? No lo sabía con certeza. Lo cierto es que cuando estuviera lo suficientemente lejos es que llamaría a Nikola y sus padres.

Salió de la ducha, se seco y se volvió a colocar su camisa.

Por primera vez desde que estaba aquí sentía emoción por la llegada de un nuevo día.

Tenía que descansar para mañana tener fuerzas.

                  

                                   ...

La tención se sentía.

Y el simplemente disfrutaba ser odiado.

Sonrió al ver la mueca del albino.

—¿Odio?—Pregunto con su sonrisa.

Escucho a el más alto quejarse por lo bajo.

Disfrutaba ver esa cara de frustración.

Saber que el pelí-negro era solo para era y que nadie más lo tendría a su alcance. Y haría lo necesario para mantenerlo así, apesar si eso significaba matarlo.

—Eres un maldito desgraciado, debes entender que lo único que el sentirá por ti será odio y desprecio.

Apretó su libro y se fue de ese lugar.

El infierno fue a el que siempre perteneció. Disfrutaba que las personas lo odiarán, pero no soportaba tener el odio de Fyodor.

Más tarde arreglaría eso.

Todo era cuestión de tiempo.

                     

                                   ...


Corría como si el diablo le pisará los talones, y si no lo hacía esa expresión sería verdad.

Aunque estaba más débil de lo común no se detuvo. Ya tendría tiempo de descansar en el tren.

El tiempo corría.

Y no se iba a detener.

Apesar de que chocaba aveces con más personas no se detuvo.

—Mierda—El tiempo que tenía calculado se había reducido.

Resulta que Dazai se había ido una o dos horas tarde a la universidad.

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