¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
❘❙❚ ISSUE #15 ░░░░ VOL. 3 ❛ PADRE E HIJO ❜ ┆🌹
⁘⁙💥⛠ COMPRA EL ISSUE #15 POR $1.00 AQUÍ ➔
▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬
Esa noche había sido la mejor de toda su vida. No solo le había puesto un nombre el hijo de puta que lo había dejado en una base militar siendo un mocoso crio, sino que también le puso un rostro al que golpearía muy merecidamente, y, lo mejor de toda la noche, había tenido sexo por primera vez con Rosie y lo dejó dormir en su cama. Iban a estar juntos hasta que saliera el sol. Ben no podía imaginar mejor final.
El sexo fue mejor de lo que esperó y estaba emocionado por volver hacerlo. Rosie era hermosa, era tan dulce de palabras como de cuerpo, le parecía la cosa más delicada, como una de sus flores. Dios santo, tenía miedo de romperla aun sabiendo que ella tenía casi las mismas características que las suyas, le costaría más que un apretón de caderas para quebrarla, pero jamás lo haría. Le gustaba la idea que profesaba el capitán Wilson con su propia esposa que había visto una vez, pero escuchaba muy seguido su nombre porque, según Wilson, una vez encontrabas a tu mejor amiga, encontrarías al amor de tu vida. Rosie era su única amiga, de verdad, la única, entonces ya había encontrado al amor de su vida. Le gustaba absolutamente todo sobre ella, cada cosa que la rodeaba la convertía en el desemboco de su obsesión: adoraba besarla y su belleza, le gustaba que los soldados la miraban de reojo y más de uno confesó que se había masturbando pensando en ella, ¡Ja! Era él quién sabía como se sentía y nadie más lo haría, primero los mataría y segundo, que lo intentaran, se moriría de risa ver cómo el veneno de Rosie los mataba.
Tenía a Rosie durmiendo enfrente suyo, tan tranquila, con el cabello revuelto y la nariz ligeramente fruncida. El reloj marcaba las seis, hora de levantarse. La besó, primero los labios y luego su frente, besó otra vez sus labios y la despertó. Ella hizo un pequeño quejido y cuando abrió los ojos se sorprendió.
—Me olvidé que te quedaste a dormir aquí —comentó bajito, adormilada—. Buenos días —se estiró en la cama y volvió a cerrar los ojos.
Ben sonrió, le pareció de lo más tierno, mierda, odiaba que lo hiciera sentir estúpido, como un novato recién aprendiendo lo que significaba pertenecer al ejército. Aprovechó que su cuello quedó a la vista para besarla allí, ella se estremeció y sus mejillas enseguida tomaron el color rojo. Si, ella lo amaba, lo amaba demasiado.
—Ben, ¿Cómo estás hoy?
En un principio se sintió incómodo con la pregunta, en especial porque su tono sonaba al de preocupación y no le gustó nada que pensara que estaba afectado porque su padre era el coronel Fort y su madre estaba muerta, y no solo eso, existía toda otra familia. No le importaba en lo más mínimo, pero quería una explicación.
