¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
❘❙❚ ISSUE #19 ░░░░ VOL. 4 ❛ SYEVE FORT ❜ ┆🌹
⁘⁙💥⛠ COMPRA EL ISSUE #19 POR $1.00 AQUÍ ➔
▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬
Sus primeros cinco años de vida fueron en una cabaña a un lado de la carretera. Solo mamá y él. Juntaba en una caja los huevos que ponían las gallinas y llenaba el balde de agua para las vacas. Había un huerto lleno de verduras y frutas que mamá le pedía recolectar cuando estuvieran maduras. Steve se quedaba solo en casa mientras su madre emprendía un viaje de dos días para vender sus productos en el pueblo más cercano, recordaba que le pedía cuidar de sus flores. Las regaba todos los días y se encargaba de que recibieran la cantidad correcta de Luz. Una vez una fuerte tormenta casi se llevó los girasoles, Steve tuvo que arreglárselas para hacer una casita de maderas, troncos, ramitas y chapas para que no salieran volando; las flores de mamá eran un tesoro. Habían sido unos primeros años alegres y difíciles, a veces las cosechas eran malas y no tenían para vender o los pueblerinos comenzaban a desear productos manufacturados o, como mamá le había dicho porque no podía pronunciar manufacturados: "productos de máquina". La lluvia entraba por los agujeros del techo y las hormigas comían los tomates, pero el estómago lo tenía siempre lleno.
Un día, a su puerta golpeaba un hombre uniformado. ¡Era un señor del ejercito! Steve miró sus zapatos perfectamente lustrados, con un brillo que podía ver su cabello dorado. Le saluda con un frío asentimiento de cabeza y pasa como si esa fuera su casa de toda la vida. Se había enfurecido. ¿Quién era ese señor? Mamá le hace una seña, de esas para que saliera a jugar y no la molestara, pero la curiosidad lo mataba. Al final tuvo que obedecer, era un buen niño... Eso le decían las viejas y tenía que ser cierto.
—¿Quién es él? —le preguntó cuando el hombre se fue y estuvo muy lejos para oírlo. Tironeó a su mamá de la falda para llamar su atención. Ella tenía una sonrisa enorme en su rostro, como cuando trabajaba en las flores.
—Es tu padre, quiere casarse conmigo —dijo limpiando la mesa redonda, acomodó el florero y quitó los marchitos girasoles—. Nos mudaremos a una casa más linda, ya verás lo grande que es —Ella se veía contenta, entusiasmada—. ¿Qué sucede hijo mío? ¿No estás contento?
Steve era un niño que no podía ocultar sus emociones, los mofletes se le ponían colorados al mentir y el labio le temblaba cuando lo regañaban; en aquella ocasión sonrió para que mamá no se pusiera triste. Había muchas preguntas rondando por su cabeza, un padre apareciendo de la nada sonaba a historias de fantasmas. Mamá nunca había hablado de él y tampoco se le ocurrió preguntar, aceptaba la realidad como si nada. En cuestión de horas vivía en una casa enorme, mas grande de lo que podía haber imaginado jamás, le dijeron que su habitación era la última a la derecha, perfectamente acomodada para un niño de su edad. Papá no estaba mucho en casa y no había sufrido un gran cambio, todavía ayudaba a mamá en todo lo que podía. Le enseñaron a leer y escribir. Fue un alumno sobresaliente y lo nombraron el mejor de la clase. Su padre lo felicitaba como un general a su subordinado: era un lo militar en donde pudieron hacer un lazo. Steve amaba los militares, mamá le dijo que su abuelo fue uno y cuando se enteró que padre también le insistió toda su vida que lo dejara postularse. No quería quedarse sentado cuando había hombres luchando en el campo de batalla por lo que era justo, y ciertamente, odiaba los negocios de las acerías del estado.
