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❘❙❚ ISSUE #23 ░░░░ VOL. 4❛
GUERRA O SOLO YO ❜ ┆🌹
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Ben odiaba el fervor del tiempo entre batallas, la llamada eterna espera en tensión de las tropas enemigas. Unos aquí y los otros allí; odiaba aún más que Vought no le permitiera salir a luchar y matar algunos nazis. Era absurda la posición en la que lo ponían los demás ¡Todo el mundo! Millones de ojos lo miraban, había promesas y esperaban que alzara el escudo, salvará al inocente y matara al enemigo. ¿No era ridículo? Cómo los cuentos que leía Rosie en la base militar. La hicieron una niña muy estúpida o una buena mujer, a veces ella estaba tan perdida entre el flash de las cámaras y los cientos de periodistas alzando sus bolígrafos y gritando titulares, que quería decirle que se marchara a casa y él continuaría con la prensa, no le molestaba las preguntas sobre sus poderes, o actuar en el papel de un hombre con corazón de oro. Él podía hacer todo eso mientras las personas creyeran que era así. ¿No era gracioso? El papel de soldado ya no era el sueño que alguna vez tuvo, lo que le habían enseñado en la base militar desde pequeño era un cuento. No habrá leído "El valiente soldadito de plomo" o "El niño que no quería crecer", pero le contaron que la guerra era como el tablero de ajedrez: blancos y negros; la realidad era diferente. La guerra no eran blancos y negros, y no había que luchar por ella, pues ya estaba ganada para su país.
Había tenido un centenar de reuniones con los líderes mundiales y no hablaba de los presidentes, no, conoció a las personas que movían grandes cantidades de dinero y generaban industrias monopolizadas para la dependencia de las materias primas, el agua o el petróleo. Esas personas le preguntaban mil veces si sus poderes eran reales. Le han disparado al entrar a una habitación, lo llevaron a tierra santa para saber si era capaz de pisarla o de lo contrario estaba poseído por un demonio. Le han hecho exorcismos... muchos; un jefe chino lo obligó a participar de un ritual en el que averiguaría si sus poderes eran divinos. Había tenido que participar en cada locura para demostrar sus poderes y presentarse como un hombre amigable y, por, sobre todo, humano. Ben quería ser amigo de todos ellos, porque el lugar que merecía era entre ellos. Era el hombre más fuerte del mundo y lo quería ser en todo: empezando por el poder público: las masas.
Sonríe, sé falso pero que no se note. Actúa ante las cámaras, diles a las personas que los salvarás; diles que no eres Dios, pero has sido bendecido igual que ellos. Somos un regalo, Dios envío a soldier boy para servirles a ellos. La cosa era que Ben estaba harto de interpretar un papel que no era. No porque no podía —había demostrado que conquistaba el corazón de cada ciudadano americano—, sino porque no estaba seguro si era lo que quería hacer de su vida. Cuando era pequeño quería ser un soldado. Era el único trabajo que veía posible, ellos estaban al otro lado de la reja, lo invitaban a ser como ellos y lo apodaron "Soldier Boy". Quería luchar y toda esa mierda, ser un buen hombre. Podría seguir intentándolo, pero... ¿Cuál era el punto de ser un soldado en una guerra que iba a ganar? ¿Por qué intentarlo? Había una solución que pensó desde que se declaró la segunda guerra mundial: ¿Por qué no lo enviaban a matar al idiota de Hitler? Una amenaza cara a cara bastaría, lo mismo con Mussolini e Hirohito. Una misión junto a Rosie. Eran imparables.
