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❘❙❚ ISSUE #22 ░░░░ VOL. 4 ❛ CAMPO DE BATALLA ❜ ┆🌹
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El humo y la pólvora impregnaban el ambiente en las trincheras, ahogando los pulmones de los soldados nuevos, como James Barnes y algunos de sus compañeros, porque otros ya se habían hecho adictos al sabor de la pólvora y la sangre. El soldado Barnes ajustaba su caso que se había desfasado por una bala que pasó por delante de sus ojos. Las manos le temblaron del susto y sacarlas de su posición hasta le dio más miedo; su propio cuerpo lo obligaba a sentirse cómodo en una posición de momia, eso sucedía cuando tu nombre ya estaba escrito en la tumba. El enemigo había avanzado durante la noche, mientras los superhéroes se subían a un avión y los abandonaban. A su mente regresó ese momento, en el que con Reiben despedían al avión de Vought con el hombre más fuerte del mundo y una mujer que manipulaba la tierra a su antojo. El silencio había sido intenso, nadie supo que decir. En el fondo esperaba que los rumores fueran mentira y los superhéroes eran lo que decían ser. James nunca sintió una decepción tan grande en su vida, nunca se había sentido tan traicionado y abandonado como un animal que no valía nada, como si no tuviera una vida esperándolo en casa.
Escuchó el estruendo de los tanques enemigos en la distancia. Los soldados intercambiaron miradas de preocupación, sabiendo que pronto tendrían que salir de las trincheras para luchar por su país. James miró el cielo gris por una última vez.
—Esos malditos hijos de puta realmente se fueron, ¿No? —preguntó Reiben observando el frente de batalla. Él sabía la respuesta, lo vio con sus ojos. Reiben estuvo toda la noche hablando de cómo los superhéroes eran la mayor escoria de la humanidad, el peor invento. Parecía que hablar de ellos lo enfurecía, tomaba personal el abandono—. Nos tratan de cerdos, ¿sabes Barnes? ¿Fuiste a un matadero alguna vez?
—Vivo en una granja, llevo a los animales al matadero.
—Si, ¿Crees que nos verán así? ¿Todos colgaditos de las patas? ¿Crees que dicen: "otro par de cerditos muertos"? —Reiben reflejaba en sus ojos una mezcla de desilusión y rabia—. ¿Para qué viven? Son unos falsos, unos charlatanes que solo se preocupan por su propia imagen y que las personas los alaben.
Barnes, por otro lado, tenía la mente ocupada en que no le volaran la cabeza; en cualquier momento recibirían la orden de salir de sus escondites y avanzar hacia las líneas enemigas.
—No lo sé Reiben —dijo Barnes con calma—. Así son ellos, es decepcionante, realmente lo es, pero ya déjalo. Nosotros estamos aquí, luchando y sobreviviendo. Ellos no son necesarios, se han peleados guerras sin superhéroes y hemos ganado.
