CAPÍTULO IX : " El cuervo de ___"

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Narra ____

Estaba en mi trono atendiendo los asuntos que me faltaban, si bien puedo irme el tiempo que quiera cuando regresó es mucho trabajo que atender.

-- ¿Está bien mi señora? -- Preguntó Darius quien se encontraba a mi derecha Cómo siempre, según él lo hacía sentir necesario.

-- Si, solo estaba pensando.

-- ¿Se puede saber en qué?

-- Sueño, por fin me dejo entrar en su reino nuevamente.

-- Debe de estar feliz.

-- Por supuesto que lo estoy, creo que ya me perdonó.

-- Es lo mínimo que debería hacer después de que usted lo salvo.

-- Pero me es más grato saber que lo hizo por él y no por lo que hice, lo hace más especial y auténtico.

-- Pues mi Lady está bien con eso, yo también lo estoy.

-- Gracias Darius, eres como mi mejor amigo, sabes.

-- Un honor su majestad.

-- Y ¿Cómo a estado Mora? Hace tiempo que no viene a verme.

-- Ya sabe, orientar a los nuevos es complicado, más si llegan todos los días sin falta.

-- Mmmm, hace mucho que no la veo, la llevaré conmigo después al mundo de la vigilia.

-- Estará más que feliz, mi señora. -- Percibí cierta felicidad en él.

-- Darius. ¿Hay algo que quieras contarme?

-- ¿Yo? -- Preguntó nervioso.

-- Sí, soy la reina, cree este palacio, y recogí cada alma que está sobre mis tierras, aun así, no estoy tan informada sobre Mora como tú lo estás.

-- Pues verá mi señora, como no estarlo, soy su mano derecha. -- Sus respuestas eran dudosas.

-- Y pensar que estás mintiendole a tu reina. Que he hecho para merecer tal engaño. -- Me hice la víctima, eso siempre funcionaba con mi lindo Cuervo, tal vez también con él.

-- Ella me gusta mi señora. -- Se inclinó. -- Perdoné tal osadía de mi parte, entenderé si me destierra a las tierras sin sol.

Las tierras sin sol era el reino de Mora antes de renunciar a su don y convertirse en una humana, lo dejamos atrás al construir mi reino que les daba la posibilidad de redimirse y reencarnar, pero en las tierras sin sol ahí desterraba a aquellos que ofendían mi posición o a mi reino dejándolos solos, a mi parecer era mucho más cruel que el infierno, al menos ahí tenían la compañía de los demonios, el darles libre albedrío ocasionaba que algunos no rectificaran su camino volviendo a las prácticas del mundo humano, este no es un lugar para la perfección, para eso está el cielo, pero tampoco era un lugar para pecados imperdonables, pare eso está el infierno, si les doy una segunda oportunidad dejando que entren a mi reino es para que lo aprovechen.

-- Darius levántate. -- Él obedeció. -- ¿Acaso he sido una reina cruel e injusta?

-- Jamás mi señora.

-- ¿Acaso no les di posibilidad de seguir con una vida aquí o en la vigilia si se lo merecían?

-- Si mi señora. -- Comencé a bajar tomando mi vestido por las rodillas para no tropezar.

-- ¿Entonces? Enamorarte de Mora no es ningún crimen. ¿Por eso decidiste no reencarnar?

-- Si mi señora, sé que Mora no tiene esa posibilidad por su pasado. -- Al menos Mora se mantiene al margen sobre mi creación. -- Así que preferí quedarme a su lado, además me gusta aquí, los atardeceres son los más hermosos aquí que en la vigilia.

𝕻𝖔𝖘𝖙 𝖒𝖔𝖗𝖙𝖊𝖒 𝖎𝖓𝖙𝖗𝖆𝖇𝖎𝖘 𝖎𝖓 𝖗𝖊𝖌𝖓𝖚𝖒 𝖒𝖊𝖚𝖒 || The SandmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora