𝕻𝖔𝖘𝖙 𝖒𝖔𝖗𝖙𝖊𝖒 𝖎𝖓𝖙𝖗𝖆𝖇𝖎𝖘 𝖎𝖓 𝖗𝖊𝖌𝖓𝖚𝖒 𝖒𝖊𝖚𝖒 || The Sandman

EXTRA 1.

--- Dedicado a Elenavalencia902, gracias por tu apoyo y por pedir un extra, me alegra que les haya gustado la historia ---

Narra Muerte

Una vez "acabe" con Lucifer, mi neblina rodeo mi débil y herido cuerpo, tenía cortes por donde quiera que mirara y mi cabeza dolía, pero no importaba en estos momentos, aparecí en mi reino, justamente donde apareció el cuerpo de Sueño, mi arrodillé junto a él y tome su mano. Estaba en el purgatorio esperando a que su alma fuera reclamada, a donde todo dios iba para esperar a que yo fuera y así dictar su destino, pero en este estado no podría ir, las almas me arrastrarían con ellas. Tome un poco de tierra y uno de sus cabellos. Temía que fuera demasiado tarde y que su alma se haya corrompido.

- Tierra fértil, cultivadora de vida, la vida de este ser será tu semilla, yo Muerte le doy una segunda oportunidad -escarbé un hueco para poner la tierra con aquel cabello- crece fuerte y grande, pues serás su guardián.

Con la poca tierra que quedaba en mi mano la pasé suavemente por su frente.

- Do tibi benedictionem meam, vive.

Se escuchó como el aire volvió a sus pulmones.

- ¡Sueño!

- ¿Luciérnaga?

Se veía tan aliviado de verme, me tomó entre sus brazos y me apretó con tanta fuerza.

- Ah -me dolía un poco por lo lesionada que me encontraba-.

Me soltó un poco dudoso para llevar sus manos a mi rostro. No era el Sueño que recordaba, al menos no del todo.

- Lo lamento mi reina.

- No tienes porque.

- Si tengo que, de no haber sido tan ciego, esto jamás hubiera pasado.

- No importa, fuiste por mí, me salvaste.

- Pero mira como estás -una lágrima recorrió su mejilla-.

- Ya no importa -tome de igual manera su rostro y seque aquella gota de agua- ya no más.

Me acerqué a él, sus ojos estaban cerrados y su respiración se hizo pesada, me fui acercando hasta que nuestros labios chocaron, era momento de volver a como todo era antes.

Narrador omnisciente

Una luz envolvió a ambos entes, para que al abrir los ojos pudieran ver el reino de Muerte. Este ya no se encontraba sumido en las tinieblas, había un sol deslumbrante, aunque una sombra lo tapaba un poco. Era un árbol, tan grande que se podría comparar con el mismo castillo de Muerte.

- ¿Qué es?

- Es tu árbol, es semejante a tu alma, parece ser muy fuerte -golpeó la corteza- nadie será capaz de tirarlo y mientras eso no pase seguirás con vida.

Morfeo la miraba tan detenidamente, no importaba en que condiciones se encontraba, se veía igualmente hermosa.

- Cásate conmigo.

- ¿Qué?

- Debí de hacer esto desde hace mucho mi bella mujer, pero ya no quiero equivocarme más al seguir esperando, Luciérnaga, ¿te casarías con este tonto cuervo?

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Las voces de todo el reino se dejaban escuchar, esperaban con ansias la llegada de su reina, todos se encontraban sentados bajo aquel gran árbol, habían asistido varios a aquella gran ceremonia.