𝕻𝖔𝖘𝖙 𝖒𝖔𝖗𝖙𝖊𝖒 𝖎𝖓𝖙𝖗𝖆𝖇𝖎𝖘 𝖎𝖓 𝖗𝖊𝖌𝖓𝖚𝖒 𝖒𝖊𝖚𝖒 || The Sandman

CAPÍTULO XVI: "El duelo"

Orondoinflado volvió por nosotros para seguir con su guía, llegamos a una zona con un camino muy estrecho, por un momento casi me resbalo, afortunadamente Sueño me ayudo a reincorporarme, Matthew dudaba del camino, Sueño le explico que el demonio debía de tener una razón, y creo que sé cuál es.

-- ¿Kai'cul? -- Se detuvo ante una voz femenina, esa voz que era tan conocida para mí, la voz que le pertenecía a la que culpaba de mis males con Sueño. -- ¿Señor del sueño? -- Se acercó a la ventana. -- Si eres tú.

Mi pecho se oprimió, sabía el dolor que le causaría a mi bello Cuervo.

Al ver detrás de Sueño me vio a mí, pero al oír a Morfeo responderle su atención se volvió a enfocar en él.

-- Te saludo, Nada.

-- Kai'cul, he rezado mucho por este día, sabía que vendrías. -- Si voz era suplicante y esperanzada.

Volteé al frente encontrando a Orondoinflado viéndonos, mostró una sonrisa malvada, esto no solo era para Sueño, sino para mí, Lucifer quería que viera que Morfeo jamás me verá como mujer.

Él jamás me amaría como yo lo amo a él, tal vez mi destino es estar sola para la eternidad, o eso es lo que creo con mis experiencias.

-- Me lástima encontrarte así. -- Admitió, su dolor, y el dolor de Nada me hacían sentir tan culpable.

-- Entonces liberarme, señor, solo su perdón me puede liberar, solo pídeselo por mí. -- Ne miro al igual que Morfeo, sentía que me estrujaban el corazón, Lucifer tenía razón, él jamás me vería como algo más, y estaba segura de que escogería a Nada por encima de mí. -- O es que ¿ya no me amas?

-- Ya pasaron diez mil años Nada. -- Ella bajo la cabeza. -- Y todavía no te perdonó. -- Retomo su caminar. -- Vamos Luciérnaga.

-- Kai'cul no voy a perder la esperanza, ¡no me voy a rendir!

Camine frente a ella y la mire con pesar, de no ser por mí, no estaría ahí, y Sueño no tendría tanta amargura en su corazón.

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Por fin habíamos llegado, las puertas del reino fueron abiertas para nosotros, entramos sin temor alguno, sin dudar, seguimos el camino que nos dirigiría a Lucifer, delante del cual estaríamos en muy poco tiempo.

-- Hola, Sueño, como te va.

-- Hola Lucifer, estrella de la mañana, y a ti Mazikeen hija de Lilit.

-- Hola señor de los sueños.

-- Un placer verte Azrael. -- Me miraba a los ojos.

-- Luzbel. -- Conteste sin tanta formalidad.

-- Te veo bien, ¿Estás bien? Como vas con todo, ya sabes.

-- Creo que sabes muy bien que no vengo a socializar Lucifer. -- Lo mire con enojo.

--  Bienes a unir fuerzas entonces, a aliar tu reino con el mío, a reconocer la soberanía del infierno.

-- Sabes muy bien lo que pienso.

-- Y que hay de ti Sueño.

-- Conoces muy bien mi postura respecto a eso.

-- Deberías reconsiderarlo, las personas cabían de opinión, en especial cuando uno fue capturado por simples humanos. -- Le restregó. -- Esperaba más de ti mi dulce Morfeo.

-- He vendido porque mi yelmo de cargo me ha sido robado, y me parece que uno de tus demonios lo tiene, quiero recuperarlo, ahora. -- Reclamo con confianza, no dejaría que Lucifer lo intimidara.

-- Ay Sueño, ojalá fuera tan sencillo.

-- Lo sería si tú no lo complicarás tanto. -- Reclame.

-- Mi bella Azrael, que más quisiera yo, pero aquí tenemos reglas, protocolos que debemos obedecer.

Sueño negó mientras sonreía por la respuesta de Lucifer, a él le parecía chistoso, pero a mí me desagradaba.

-- ¿Qué demonio tiene tu yelmo? Di su nombre y lo aremos venir.

-- Confieso que no sé su nombre.

-- Entonces tendremos que hacer venir a todos.

Sueño se acercó a la orilla junto a Lucifer y Mazikeen, yo me quede atrás, pero tenía una idea de como era la vista, pues el bullicio se escuchaba muy fuerte.

-- Ahí están Sueño, puedes preguntar ¿Qué demonio tiene tu yelmo? Gustas entrevistarlos uno por uno o.

-- No será necesario Lucifer. -- Lo interrumpí. -- Trae el yelmo. -- Le susurré al lobo que estaba de mi lado, lo había creado en el momento que me ignoraron, no tardo mucho en llegar junto al demonio poseedor de la corona de Morfeo, quien se acercó a depositar un beso en el dorso de mi mano, pude ver por un momento la mueca de furia de Lucifer.

Puede que ya no le gustase, que ya no sintiera ningún tipo de interés hacia mí, pero como le enojaba perder, le enfurecía que alguien más tuviera lo que él no pudo poseer, y eso era como éxtasis para mí, me encantaba ver su expresión, como si fuese un niño caprichoso al que no le dieron su dulce.

-- Dime tu nombre demonio. -- Ordenó Morfeo.

-- ¿Se lo tengo que decir?

-- Él es Choronzón, duque del infierno.

-- Choronzón, ese yelmo es mío, tienes que devolvérmelo.

-- No, ahora es mío, se lo cambie a una mortal por una baratija. Fue un negocio justo, no rompí ninguna ley, y si el rey del sueño lo quiere de vuelta, tendremos que pelear por él. - Se paró frente a Sueño sin respeto alguno.

-- Muy bien, te desafío Choronzón.

-- Sabes las reglas.

-- Si yo gano, me devolverás mi yelmo.

-- Y si yo gano, te convertirás en mi esclavo, en el infierno por toda la eternidad.

-- Morfeo piénsalo bien.

-- Azrael, no puedes intervenir en un trato que no te concierne. -- Hablo Lucifer.

-- Acepto los términos.

-- ¿Y a quién escoges para que te represente en la batalla? -- Estaba segura de a donde llegaría esto.

-- Escógeme Cuervo, te lo pido. -- Lo miré suplicante, sabia que ese demonio escogería como campeón a Lucifer, y con mi presencia aquí.

-- No Luciérnaga, esta es mi pelea.-- Me susurro. -- Me representaré yo mismo.

-- Muy bien, Choronzón ¿A quién escoges para que te represente?

-- Seria a usted, majestad. -- Lucifer sonrió ante su respuesta.

-- Te pido perdón Sueño. - Su traje blanco había cambiado a uno de cuero negro brillante. -- Pero las leyes del infierno me obligan a ser su paladín, pero si decides no pelear contra mí.

-- Ya acepté los términos.

-- Entonces, que comience el duelo.

Mis nervios estaban a flor de piel, con Lucifer como contrincante nada era preciso.

-- Bienvenidos, damas y caballeros, hoy para su entretenimiento y deleite, un duelo informal. -- Hablaba Choronzón como presentador. -- Con el antes amo del reino del sueño, como desafiado, he seleccionado a mi paladín. -- Sueño fue con Matthew. -- Monarca del infierno, Lucifer estrella de la mañana. -- La ovación se escucha muy fuerte. -- Para que me represente en un duelo de habilidad, confianza, y transformación, el juego más viejo. -- Alaro. -- ¡Y como aparición especial tenemos a Azrael! Quien cumplirá su función como referí, para que no se acuse de un juego injusto.